La guerra entre yihadistas provoca 60.000 desplazados en el este de Siria
El líder de Al Qaida pide que cesen los enfrentamientos «entre hermanos en la Yihad»
DANIEL IRIARTE
Las luchas entre facciones yihadistas en la provincia siria de Deir Az Zor, en la frontera con Irak, se están cobrando un elevado número de víctimas y han provocado ya un éxodo de más de 60.000 personas. En los últimos cinco días, los habitantes ... de las localidades de Busayra, Abriha y Al Zir se han visto obligados a abandonar sus hogares ante el recrudecimiento de los combates entre el Ejército Islámico de Irak y el Levante (o ISIL, como se le conoce internacionalmente) y el Frente Al Nusra.
Ambas organizaciones combaten por el control de la región, donde se encuentran los principales recursos petrolíferos del país , y aunque la guerra ha provocado la caída del 95 % de la producción, para estos grupos irregulares es posible beneficiarse del contrabando de crudo. El Frente Al Nusra ha conseguido arrebatarle al ISIL el control de Abriha, en medio de intensos enfrentamientos en los que han muerto al menos 62 combatientes en los últimos días, según informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Sucede que ambas organizaciones están, o han estado, vinculadas a Al Qaida hasta que los enfrentamientos entre sus cabecillas les han llevado a una guerra abierta. El Frente Al Nusra fue creado con ayuda de la antigua Al Qaida en Irak para combatir contra el régimen de Bashar Al Assad, considerado un «infiel» de forma oficial por el movimiento yihadista global, en parte por su pertenencia a la comunidad alauí. Al Nusra se benefició de las antiguas líneas de abastecimiento entre Irak y Siria, cuando los militantes combatían en territorio iraquí a lo largo de la última década.
«Un desastre político»
Sin embargo, Abu Abdullah Al Bagdadi, el entonces líder de Al Qaida en Irak, decidió trasladarse a suelo sirio y unificar a todas las facciones yihadistas bajo su mando, a lo que el cabecilla del Frente Al Nusra, Abu Mohamed Al Golani, se negó en redondo. El resultado ha sido una encarnizada lucha entre ambos grupos, en la que incluso el actual líder de Al Qaida, Ayman Al Zawahiri, ha tenido que intervenir, tomando partido por Al Nusra. Hace meses, Al Zawahiri desautorizó al ISIL y recordó que la organización fundada por Osama Bin Laden solo reconocé al Frente Al Nusra como su representante legítimo en Siria. Pero esta semana, a raíz de los combates en Deir Az Zor, ha ido aún más lejos.
«Escuchad y obedeced una vez más a vuestro emir. Volved a aquello por lo que vuestros emires y aquellos que os precedieron en el camino y la expansión de la Yihad han trabajado tan duramente», pidió el cabecilla de Al Qaida al ISIL en un video, asegurando que la entrada de este grupo en la guerra civil siria ha sido «un desastre político».
«Si os hubieseis mantenido ocupados con Irak, donde se necesita que redobléis vuestros esfuerzos, se podría haber evitado esta cascada de sangre», afirmó Al Zawahiri, quien pidió «el cese inmediato de todo combate», y toda agresión «entre hermanos yihadistas».
El Frente Al Nusra ha sido el primero en reaccionar, reafirmando su compromiso con Al Qaida. «Seguiremos las órdenes de Ayman Al Zawahiri de detener todo ataque por nuestra parte contra el ISIL, al tiempo que seguiremos respondiendo siempre que ataquen a musulmanes y a lo que les es sagrado. Tan pronto como el ISIL anuncie el final de sus ataques contra musulmanes, dejaremos de disparar de forma espontánea», aseguró el grupo este fin de semana en un comunicado.
Rechazo al ISIL
Aunque la aparición tanto del Frente Al Nusra como del ISIL fue al principio bienvenida por la insurgencia, que se benefició de su experiencia como combatientes y fabricantes de explosivos, pronto comenzaron a surgir discrepancias entre las diferentes facciones . Para empezar, el ISIL, muchos de cuyos militantes son de origen iraquí y extranjero, propugna la unificación del territorio de Siria e Irak en un solo emirato islámico, mientras que las filas de Al Nusra las integran mayoritariamente sirios, que prefieren mantener las fronteras nacionales.
Pero además, las maneras extremas del ISIL, empeñado en imponer una versión radical de la «sharía» o ley islámica en las zonas bajo su control, ha provocado el rechazo de gran parte de la oposición siria y de la población civil. La semana pasada, por ejemplo, se hizo público que el ISIL ha comenzado a aplicar la crucifixión como forma de ejecución en la ciudad de Raqqa.
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