Asalto a tiros contra un edificio oficial tras el ultimátum de Kiev

El asalto se ha producido horas después de que finalziara el plazo que el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, dio a los activistas prorrusos -atrincherados en en el sureste de Ucrania- para deponer las armas y abandonar los edificios públicos ocupados. Concretamente, el ultimátum ha acabado este lunes a las 09.00 horas (06.00 GMT).

La crisis se inició la pasada semana cuando varios grupos de prorrusos armados con fusiles de asalto y uniformes de camuflaje sin distintivos tomaron una comisaría de policía y la sede de los servicios de seguridad de la ciudad de Slaviansk , a 120 kilómetros de Donetsk. Después, la sublevación llegó a extenderse por varios lugares de Ucrania, lo que llevó a Turchínov a hacer intervenir a la policía del país. Esta, en cambio, no logró desalojar a los activistas.

Ante la difícil situación, el jefe del Estado ucraniano dio a los separa1tistas un ultimátum: debían abandonar los edificios antes de las nueve de la mañana de est elunes o el ejército intervendría para restaurar el orden. A su vez, firmó un decreto para garantizar que no se perseguirá judicialmente a quienes acaten el plazo en caso de que no hayan herido o matado a otros ciudadanos. No obstante, por ahora nada indica que los activistas estén dispuestos a desalojar las dependencias administrativas que ocupan en varias ciudades de mayoría rusohablante.

Turchínov , quien dijo el domingo al pueblo que «no se deje manipular» por quienes quieren empujar a Ucrania «a la guerra y al abismo del desastre económico», ha señalado además que su Gobierno no permitirá la repetición del «guión de Crimea en las regiones orientales de Ucrania», en alusión a la reciente anexión de esa región ucraniana por la Federación de Rusia.

El Presidente en funciones aseguró que las autoridades ucranianas han hecho todo por evitar el derramamiento de sangre, pero están dispuestas a rechazar «con las armas en la mano los intentos de invasión y desestabilización, así como las acciones terroristas».

Por su parte, Rusia ha señalado en varias ocasiones que se reserva el derecho a intervenir en Ucrania si se derrama sangr eprorrusa en estas operaciones. A su vez, ha tachado de «criminal» la decisión de Turchínov de utilizar el Ejército para aplastar lo que ha calificado de «manifestaciones pacíficas». Moscú, que niega su implicación en los acontecimientos en las regiones de Ucrania, aseguró que de Occidente depende que se evite una guerra civil en Ucrania, en alusión a su influencia en el Gobierno de Kiev, al que el Kremlin le niega toda legitimidad.