El gobierno turco prepara un relevo de poder «estilo Putin»

Se abría así el camino para la siguiente etapa. Y todo apunta a que, ante la normativa del AKP que prohibe que alguien ocupe el mismo cargo público durante más de tres mandatos consecutivos, y que le impediría presentarse a la reelección en las parlamentarias, Erdogan optará por una solución «a la rusa»: intercambiará candidaturas con el actual presidente, Abdullah Gül , de cara a las elecciones presidenciales de finales de agosto, de un modo comparable al de Vladimir Putin y Dimitri Medvédev.

Al menos esa parece la estrategia del partido: aprovechar en caliente la popularidad de Erdogan para ganar la presidencia, y nombrar un primer ministro interino hasta las elecciones parlamentarias (previstas, por ahora, para junio de 2015), en las que Gül podría competir con muchas posibilidades. «Nos gustaría ver al señor Gül como primer ministro», declaró esta semana el vicepresidente del AKP, Mehmet Ali Sahin, en una entrevista televisada.

Según el diario «Hürriyet» , que cita a altos cargos del AKP, el partido planea el futuro próximo en cuatro fases: «La elección de Erdogan como presidente; la formación de un gobierno interino; la convocatoria de una convención extraordinaria del AKP; y las elecciones parlamentarias de 2015».

Pero dado que la figura presidencial -si bien tiene amplias competencias, como la capacidad de convocar el estado de guerra- carece de los poderes del primer ministro, Erdogan parece haber rescatado su viejo plan de reformar el sistema político para ampliar las capacidades ejecutivas del cargo , transformándolo en una república presidencialista al estilo de Francia o EE.UU.

«Este sistema puede ser presidencial o semipresidencial», explicó Sahin en la entrevista. El AKP justifica la «necesidad de una reforma constitucional» para reforzar la figura presidencial «para evitar un choque de autoridad entre el presidente electo y el primer ministro».

Para reformar el texto constitucional se necesita un mínimo de 330 votos positivos de los 550 escaños que componen la Asamblea Parlamentaria, de los que el AKP ocupa 317. Tras la revuelta antigubernamental del pasado junio, que puso a prácticamente todos los grupos políticos del país en contra del AKP, parecía imposible convencer a los miembros de otros partidos para apoyar la modificación. Sin embargo, en estos meses el gobierno parece haberse asegurado el apoyo de los diputados «independientes» kurdos, que, a cambio de amplias concesiones en las negociaciones de paz con la guerrilla kurda del PKK, podrían otorgar su respaldo a la reforma.

El plan de enroque, sin embargo, podría fallar en lo más elemental: aparentemente, el presidente Abdullah Gül todavía no ha dado su beneplácito. «Mi opinión, mi palabra es crucial en asuntos que me conciernen», dijo ayer, de forma algo críptica, en una rueda de prensa durante un viaje oficial a Kenia. «Discutiré el asunto con amigos, sobre todo con el primer ministro Recep Tayyip Erdogan», declaró, lo que ha sido interpretado como una señal de malestar por las maniobras del partido, que no ha tenido en cuenta su deseo de presentarse a la reelección.