La crisis de República Centroafricana centra la cumbre África-UE

En virtud de esta amenaza creciente sobre la estabilidad regional, a comienzos de marzo, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon (quien también acudirá al encuentro), proponía el despliegue de una fuerza de paz en República Centroafricana superior a los 11.000 miembros, después de que la situación hubiera «cambiado drásticamente» en el país.

Tras treinta días de espera, no obstante, nada de eso se ha producido. Mientras, las tropas internacionales continúan sin poder frenar la actual «limpieza étnica» que se lleva a cabo contra los civiles musulmanes.

«Espero que la cumbre marque una nueva etapa en nuestra relación con África», reconoce, por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

Y no solo de forma política, también económica. Junto a la crisis centroafricana, las relaciones comerciales entre ambos continentes deben ocupar un lugar destacado en la cumbre. Sobre todo, después de que, recientemente, inversores alternativos asiáticos hayan ocupado el lugar dejado en África por las potencias globales tradicionales.

Según un reciente informe de Naciones Unidas, Malasia se encuentra ya por delante de China en términos de inversión extranjera directa en África y la brecha es cada vez mayor.

En el documento se detalla, además, cómo este montante operativo (19.000 millones de dólares, en los que se incluyen fusiones o adquisiciones transfronterizas) ha situado a Malasia ya en el tercer escalafón de las inversiones regionales, tan solo por detrás de Francia y Estados Unidos en 2011, último año del que hay datos disponibles. Entretanto, China e India se mantienen en cuarta y quinta posición.