La extrema derecha de la familia Le Pen continúa su lenta implantación nacional
Según las primeras estimaciones, el FN consiguió en torno al 7% de los votos nacionales en la segunda y definitiva vuelta
La extrema derecha de la familia Le Pen continúa su lenta implantación nacional
Marine Le Pen espera convertir la quincena de municipios que tienen alcaldes del Frente Nacional (FN, extrema derecha) en «laboratorios» locales con aspiraciones nacionales y europeas, si ponen en práctica algunos de los principios cardinales de la política de su partido: ruptura con el euro, « ... preferencia nacional», hostilidad hacia la economía liberal, «preferencia cultural».
Según las primeras estimaciones , el FN consiguió en torno al 7% de los votos nacionales en la segunda y definitiva vuelta. Se trata de un resultado llamativo, pero nada espectacular. Marine Le Pen consiguió 6,3 millones de votos (18,3% de los votos emitidos) en primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2012. Dos años más tarde, más de 500 candidatos de extrema derecha consiguieron menos de un millón de votos en la primera vuelta de las municipales, el domingo día 23.
La elección presidencial «personaliza» el voto. Las elecciones municipales «dispersan» los votos. Sin duda. Pero esa caída de más de 5 millones de votos es un reflejo fiel de la mala implantación nacional de la extrema derecha, limitando muy mucho sus aspiraciones nacionales y europeas.
Históricamente, por otra parte, el partido de Marine Le Pen ha dado una imagen catastrófica, tras sus modestas experiencias municipales. En las municipales de los últimos veinte años, el FN consiguió siempre entre 10 y 15 alcaldías. Pero los alcaldes de extrema derecha se enzarzaron casi siempre en polémicas municipales y nacionales que terminaron malamente, como consecuencia de los escándalos, la corrupción y la mala gestión presupuestaria.
El FN solo ha conseguido conservar cuatro de las quince ciudades que tenía hace años, Marignane, Toulon, Orange et Vitrolles. Marine Le Pen y su guardia pretoriana afirman que esas ciudades son un «modelo» de gestión municipal. Pero solo convencen a los convencidos. Conseguido el poder municipal, los alcaldes de extrema derecha no proponen alternativas convincentes y suelen «gobernar recurriendo al método más tradicional del endeudamiento y el populismo».
En la primera vuelta de estas elecciones municipales, el FN conquistó la ciudad de Hénin-Beaumont, una ciudad de menos de 25.000 habitantes, víctima de la crisis y la corrupción. Tras la primera vuelta, la extrema derecha estaba en buena posición para conquistar otras 18 alcaldías,
Beaucaire, Béziers, Brignoles, Cavaillon, Cluses, Cogolin, Forbach, Fréjus, Hayange, L'Hôpital, La Seyne-sur-Mer, Le Sur, Le Pontet, 7º sector de Marsella, Saint-Gilles, Tarascon, Villenueve-sur-Lot, Villers-Cotterêts.
Según las primeras estimaciones, finalmente, la extrema derecha podría ganar una decena de esas ciudades, tras la derrota en otra alcaldía simbólica, Avignon.
Sin duda, el FN de la familia Le Pen continúa su lenta implantación nacional. Sin duda, la extrema derecha continúa creciendo. Pero ese crecimiento parece «amplificado» por la algarabía audiovisual. Y las aspiraciones a convertir quince alcaldías en «laboratorio» de un «cambio radical de política» tienen algo de agitación verbal, muy alejada de la realidad.
Prudente, Marine Le Pen evitó comprometerse. Y no presentó su candidatura a ninguna gran alcaldía. La líder extremista temía, sin duda, una derrota catastrófica para su gesticulante imagen de marca. Sus candidatos triunfadores en una docena de alcaldías, por otra parte, tendrán que demostrar la eficacia de su gestión municipal. Ninguno de los alcaldes de extrema derecha de los últimos veinte años ha dado muestras de ninguna “originalidad” particular. La gran mayoría han endeudado sus municipios, cuando no se han hundido en escándalos esperpénticos.
Pasada la página de las elecciones municipales, consolidándose como fuerza de contestación gesticulante, Marine Le Pen se embarcará mañana mismo en una nueva campaña, la de las elecciones europeas del verano que viene, desenterrando su programa apocalíptico: salida del euro, cierre de fronteras, expulsiones masivas de emigrantes, denuncia del «capitalismo salvaje». Etcetera.
La implantación nacional y europea del FN también relativiza la ascensión aparente de la extrema derecha francesa. El FN tiene 3 eurodiputados, en un Parlamento Europeo de 766 eurodiputados. Hay 2 diputados de extrema derecha en la Asamblea Nacional, que tiene 577 escaños.
Ver comentarios