La historia de Crimea es la de un constante choque de civilizaciones
Desde cimerios y griegos hasta rusos y otomanos, esta península europea ha estado siempre en el ojo del huracán
natalia shapovalova
Desde tiempos remotos, Crimea , una península situada al norte del mar Negro, ha sido poblada por múltiples grupos étnicos atraídos por su geografía, su clima y sus recursos terrestres y marítimos. Los primeros pobladores conocidos fueron los cimerios, los escitas, los godos y los ... hunos. Los antiguos griegos instalaron sus primeras colonias en las costas del mar Negro en el siglo V aC, y llamaron a la península Tauris por los indígenas que la habitaban. Crimea todavía conserva ejemplos de la antigua arquitectura urbana griega en Quersoneso, en la actual Sebastopol . Se dice que los griegos llevaron a Crimea la cultura del cultivo de la vid y la elaboración del vino, que hoy día constituye una parte importante de su agricultura.
Catalina II venció a los otomanos e incorporó Crimea al imperio ruso En el siglo I aC, la zona oriental de la península pasó a formar parte del Imperio romano. Cuando este cayó, Crimea quedó bajo la influencia del Imperio bizantino. Por ella el Gran Príncipe de Kiev Vladimiro el Grande se convirtió al cristianismo de rito bizantino. En 988, después de haber tomado la ciudad, fue bautizado en Quersoneso. Cuando regresó a su patria, cristianizó a los eslavos del este que habitaban la Rus de Kiev.
Entre el siglo XII y el XV, Crimea fue testigo de la llegada de los kipchaks, las tribus túrquicas, a los que siguieron los mongoles de la Horda Dorada. Los venecianos y los genoveses también se asentaron en la península en los siglos XIII y XIV. En ella se puede contemplar todavía los restos de las fortificaciones erigidas por los italianos.
Los tártaros de Crimea, como grupo étnico diferenciado, aparecen en la península a comienzos del siglo XV. En 1441, después de acabar con la Horda Dorada, fundaron el Kanato de Crimea, un Estado sucesor del imperio de Gengis Khan. Durante más de trescientos años, bajo la protección del Imperio otomano, el Kanato de Crimea controló no solo la península de Crimea, sino también las estepas al norte del mar Negro que hoy forman parte de Ucrania y Rusia.
La región esteparia que se extiende entre las tierras ucranias y Crimea estaba habitada por ucranios y tártaros. Los cosacos del Sich de Zaporozhia comerciaban en la península importando sal y pescado. Los cosacos ucranianos se aliaron ocasionalmente con los tártaros de Crimea para combatir a los polacos y a los turcos, representantes de los dos imperios bajo los cuales vivían los ucranios y los tártaros de Crimea, respectivamente. Ambas naciones también se enfrentaron entre sí por el control de la estepa.
Campo de batalla
En 1768, Crimea se convirtió en un campo de batalla entre los imperios ruso y otomano. El Kanato de Crimea se independizó por poco tiempo, y ya en 1783 fue incorporado al Imperio ruso. Hay que mencionar que, después de adueñarse del Kanato, la Emperatriz rusa Catalina II abolió la soberanía de la administración estatal de los cosacos de Ucrania, suprimió los regimientos cosacos –que habían combatido al Imperio otomano al lado del Ejército ruso– e implantó el régimen de servidumbre en Ucrania oriental. A partir de ese momento dio inicio la colonización rusa de Crimea y de lo que hoy es la Ucrania meridional.
En 1854 y 1855 Crimea fue escenario de la guerra entre Rusia , por un lado, y la alianza formada por Francia, Gran Bretaña, Cerdeña y el Imperio Otomano, por el otro. Aunque Rusia perdió Sebastopol y la guerra, conservó Crimea de resultas del Tratado de París.
Stalin deportó a casi 200.000 tártaros por supuesta colaboración con los nazisA lo largo del siglo XIX, la población tártara de Crimea se redujo en dos tercios debido a que fue obligada a emigrar a territorio otomano. Según el censo de 1926, los rusos de Crimea representaban el 42%; los tártaros, el 25%; los ucranianos, el 10%; y el resto eran alemanes, judíos, griegos, búlgaros, armenios y miembros de otros grupos étnicos. En 1944, con la pretendida acusación de que los tártaros colaboraban con la Alemania nazi, Stalin deportó a cerca de 200.000 tártaros de Crimea a Asia central y el interior de Rusia. Los alemanes, los griegos y los búlgaros también fueron perseguidos y deportados. Casi la mitad de los tártaros desterrados murieron de hambre y enfermedad. Los tártaros de Crimea no fueron rehabilitados y autorizados a volver a su patria hasta 1989.
La propaganda del Kremlin, justificando la actual anexión de Crimea, afirma que el territorio fue un regalo que Nikita Jrushov hizo ilegalmente a Ucrania en 1954. En realidad, la transferencia de Crimea no fue un regalo, sino una carga para la Ucrania soviética. Después de la Segunda Guerra Mundial y las deportaciones masivas, Crimea estaba devastada y despoblada. La situación de la agricultura, el sector principal de su economía, era catastrófica, lo que fue causa de la escasez de alimentos. Crimea dependía del suministro de energía y agua de Ucrania, y los campesinos ucranianos de la estepa estaban mejor preparados para cultivar la tierra crimea que los pobladores del norte de Rusia. La clave del traspaso de Crimea a Ucrania fue la reconstrucción de la economía de la península. La decisión se preparó cuidadosamente y se tomó colectivamente, al contrario de lo que Moscú intenta hacer ver ahora.
República asociada
Tras la caída de la Unión Soviética, Crimea pasó a ser parte de Ucrania. En 1992, el Consejo Supremo de Crimea adoptó una Constitución por la cual su territorio se convertía en una república asociada a Ucrania mediante tratados. La vuelta a esa Constitución es la segunda opción en el referéndum del 16 de marzo convocado por el autoproclamado Gobierno de Crimea. Hasta hoy, los primeros años de la década de 1990 han sido el único periodo en que el separatismo ha prosperado en Crimea. Lo impulsaron principalmente políticos como el primer y último presidente de Crimea, Yuri Meshkov, que prometió que el territorio se uniría a Rusia, y por los militares rusos contrarios a la división de la Flota Soviética del Mar Negro entre Ucrania y Rusia y de la transferencia de Crimea a territorio ucranio. En 1997, Kiev y Moscú resolvieron el conflicto a su máximo nivel. La Flota del Mar Negro fue dividida entre Rusia y Ucrania en una proporción de 82 a 18. Crimea siguió siendo parte de Ucrania en calidad de república autónoma.
Hace dos semanas, Crimea se ha vuelto a convertir en un campo de batalla entre Rusia, que se empeña en restaurar su antiguo imperio por la fuerza, y Occidente, con el que Ucrania desea construir su futuro democrático . En cierto sentido, la historia se repite para Crimea: el futuro de esta tierra y de su comunidad multiétnica no lo decide su gente, sino las consecuencias de otro choque de civilizaciones.
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