El Gobierno de Hollande admite ahora que sabía de las escuchas a Sarkozy
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, confirmó que tanto él como la ministra de Justicia supieron del «pinchazo» del teléfono del expresidente el 26 de febrero
El Gobierno de Hollande admite ahora que sabía de las escuchas a Sarkozy
El Gobierno de François Hollande se han enredado en la oscura maraña de las conversaciones privadas de Nicolas Sarkozy con su abogado, Thierry Herzog, cuyos teléfonos fueron «pinchados» por orden de un juez que esperaba conseguir pruebas de posibles delitos de tráfico de influencias entre ... el ex presidente de la República y un magistrado que le pudo ofrecer información judicial privilegiada.
La revelación de las escuchas judiciales, legales pero sin precedentes, causó estupor y gran división en los medios judiciales. Para unos, violar el secreto de las conversaciones entre un abogado y su cliente «arruina» principios jurídicos capitales. Para otros, «pinchar» los teléfonos de un abogado y su cliente puede y debe ser una práctica judicial correcta.
Así las cosas, Christine Toubira, ministra de la Justicia, comenzó afirmando que ella no sabía nada de las escuchas judiciales de Sarkozy y su abogado. Manuel Valls, ministro del Interior, reaccionó afirmando desconocer por completo la existencia de tales escuchas.
Tras dos días de agria polémica, Jean-Marc Ayraut, jefe de Gobierno, desmintió oficialmene a sus ministros, confirmando que, en efecto, el Gobierno de François Hollande conocía el «pinchazo» judicial de los teléfonos del ex presidente y su abogado.
¿Cuando comienza y cuando acaba la utilización interesada del «pinchazo» del teléfono del más temible rival político? ¿Podían Hollande y sus ministros «sustraerse» a la tentación de utilizar las conversaciones privadas de Sarkozy con fines políticos partidistas?
Jean-François Copé, presidente de la UMP (el partido de Sarkozy), ha pedido la dimisión de la ministra de Justicia, culpable de mentir descaradamente en un dossier sensible e inflamable. En primera línea de tiro y combate, Manuel Valls se encuentra cogido en la misma trampa. ¿Cómo puede usar un ministro del Interior las conversaciones secretas de un rival político, enredado en varios escándalos?
Las escuchas judiciales de los teléfonos privados de Sarkozy comenzaron hace poco más de un año. Y todo parece sugerir que los teléfonos del ex presidente siguen pinchados, por orden de un juez, que ha tenido y tiene al corriente de sus investigaciones a la jerarquía judicial, que transmite al Gobierno las informaciones que considera «sensibles».
Sarkozy continúa cogido en esa oscura tela de araña de escuchas telefónicas judiciales. El Gobierno se ha enredado entre los hilos más oscuros de esa tupida maraña de secretos, sospechas de tráfico de influencias y vidrioso «pinchazo» de teléfonos.
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