Ucrania
Putin ya tiene luz verde del Parlamento para invadir Ucrania
Las nuevas autoridades de Kiev ponen a las tropas ucranianas en alerta de combate y advierten de que una intervención rusa «sería la guerra»
Rafael M. Mañueco
El presidente ruso, Vladímir Putin, cumplimentó ayer el trámite legal de obtener del Consejo de la Federación (Cámara Alta) el visto bueno para iniciar cuando lo crea conveniente una intervención militar en Ucrania, donde ya tiene bajo su total control la península de Crimea. Mientras, ... el jefe del Estado en funciones de Ucrania, Alexánder Turchínov, ponía su Ejército en «alerta de combate» y advertía de que «una intervención militar sería el inicio de una guerra y el final de cualquier relación entre Ucrania y Rusia».
Noticias relacionadas
Esta nueva vuelta de tuerca en la crisis entre Moscú y Kiev se produce a instancias del recién nombrado jefe del Gobierno local de Crimea, el prorruso Serguéi Aksiónov, quien se dirigió ayer directamente a Putin pidiéndole ayuda para «restablecer la paz y la tranquilidad» en la península. Según Aksiónov, que fue nombrado primer ministro el pasado viernes por los diputados locales, intimidados por un grupo hombres armados que tomaron el día anterior el edificio de la asamblea, «en Crimea se han registrado disturbios con empleo de armas de fuego». Bajo la presión de las armas también se decidió convocar un referéndum sobre la autonomía de Crimea para el 25 de mayo. Ayer se tomó la decisión de adelantarlo al 30 de marzo.
Un guión coordinado
Como si fuera un guión perfectamente coordinado entre Simferópol y Moscú, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que la petición de ayuda de Aksiónov «no quedará desatendida». De forma casi inmediata, Putin reaccionó instando al Senado ruso a concederle todos los poderes necesarios para lanzar el Ejército sobre Ucrania. Justificó tal necesidad «en la extraordinaria situación que se vive en Ucrania y la amenaza que pesa sobre la vida de los ciudadanos rusos, de nuestros compatriotas y de las fuerzas armadas rusas desplegadas allí». El Senado dio luz verde a Putin para invadir Ucrania por unanimidad. Aunque el presidente ruso puntualizó que, por el momento, no tiene la intención de utilizar tal permiso ni de recurrir al Ejército. Eso sí, los mandos de la Flota del Mar Negro acordaban con Aksiónov colaborar para proteger Crimea de cualquier tipo de ataque.
En Kiev, al término de una larga reunión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Turchínov afirmó que ha tenido que ordenar la puesta en estado de combate de las Fuerzas Armadas ante la «agresión injustificada» de Rusia. Junto a él, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, informó de una conversación telefónica con su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, al que solicitó que las unidades rusas en Crimea regresen a sus acuartelamientos. Según Yatseniuk, el uso de la fuerza por Moscú sería «inaceptable», pero Ucrania «está preparada para defender su soberanía». Ambos coincidieron en que Aksiónov no tiene ninguna legitimidad y su nominación se ha hecho en violación de la Constitución ucraniana Mientras, el líder de la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR), el boxeador Vitali Klichkó, llamaba a la «movilización general» ante la «agresión rusa».
El ministro de Defensa ucraniano, Ígor Teniuj, sostiene que, además de los casi 20.000 efectivos de la Flota del Mar Negro, Rusia ha enviado a Crimea otros 6.000 hombres más en las últimas horas, decenas de carros blindados, ocho aviones IL-76 y una decena de helicópteros Mi-8 y Mi-24. Pese a la gran amenaza que supone la fuerza rusa en Crimea, Teniuj afirmó ayer que las tropas ucranianas se defenderán.
Ayer se produjo un nuevo intento de los paramilitares presentes en Crimea de hacerse con el control de un puesto guardafronteras ucraniano en las proximidades de Sebastopol. El aeropuerto de Simferópol continuó ayer custodiado por hombres armados en uniforme de camuflaje sin reanudar todavía el tráfico aéreo. Parte de las instalaciones del aeródromo de Belbek están en manos de militares rusos así como una base ucraniana de misiles.
La terminal marítima de pasajeros de Sebastopol está vigilada por unidades de infantería de marina de la Flota del Mar Negro mientras en el puerto de Feodosia amarró ayer un navío de desembarco ruso sin distintivos. Los guardacostas ucranianos se han hecho a la mar para evitar que sus embarcaciones sean apresadas por los paramilitares.
Por otro lado, en la ciudad ucraniana de Járkov ayer se produjeron casi un centenar de heridos en enfrentamientos entre manifestantes prorrusos y partidarios de la revuelta en el Maidán. Siguen el mismo escenario empleado en Simferópol y Sebastopol, los prorrusos asaltaron la sede de la administración local, rompiendo un cordón formado por los leales a nuevo Gobierno de Kiev. Se escucharon incluso disparos. Una vez dentro del edificio izaron la bandera rusa en la fachada.
Manifestaciones prorrusas tuvieron también lugar en Dnepropetrovsk y en Donetsk, feudo del depuesto presidente, Víctor Yanukóvich, en donde llegaron a reunirse más de 10.000 personas. Apoyaban el deseo de Crimea de incorporarse a Rusia y hubo también izado de banderas rusas.
Serguéi Tigipko, el “número dos” del Partido de las Regiones, cuyo máximo dirigente era Yanukóvich, se trasladó ayer a Moscú para tratar de evitar que Rusia aplique en Crimea una solución militar a gran escala. En una nota de prensa, Tigipko señala que «es necesario formar un grupo de trabajo para negociar con el Parlamento de Crimea y, por encima de todo, con los dirigentes de la Federación Rusa». Según el diputado ucraniano, la situación en la península «es muy preocupante».
Putin ya tiene luz verde del Parlamento para invadir Ucrania
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete