Rusia emplea a paramilitares para controlar Crimea
Grupos armados prorrusos toman los dos principales aeropuertos de la península en lo que el nuevo Gobierno de Ucrania considera una «invasión armada»
rafael m. mañueco
En un abierto acto de provocación, el aeropuerto de Simferópol, capital de Crimea, y el aeródromo militar de Belbek, en Sebastopol, fueron tomados este viernes por cientos de hombres armados , paramilitares que ocultan su identidad, pero que actúan abiertamente a favor de los intereses ... de Rusia. En el asalto al de Belbek, según la prensa ucraniana, intervinieron soldados de la infantería de marina de la Flota Rusa del Mar Negro. En todo caso, el nuevo Gobierno de Kiev culpa directamente a Rusia de promover estas acciones que considera «una invasión militar».
Estudian la posibilidad de decretar el estado de emergenciaAunque las autoridades prorrusas de Crimea afirmaron que los «desconocidos» se habían retirado de los dos aeropuertos, lo cierto es que el viernes, al caer la tarde, ambas instalaciones continuaban bajo la vigilancia de estas extrañas patrullas, cuyos combatientes rodean el perímetro de las terminales aéreas, colocando puestos de control con bloques de hormigón en los accesos por carretera. Cerraron incluso el espacio aéreo a los aviones procedentes de Kiev. Un representante del nuevo Gobierno ucraniano afirmó a Afp que el cierre se debió a que Rusia estaba enviando 2.000 soldados aerotransportados para asegurar el control de los aeropuertos.
Los paramilitares que se apoderaron de los aeropuertos llevan uniformes de camuflaje, pero sin ninguna insignia identificativa. Los crimeanos aseguran que este «ejército» prorruso está integrado no sólo por militares rusos, sino también por agentes de las fuerzas especiales del SBU, el Servicio de Seguridad de Ucrania –a cuyos francotiradores se les acusa de provocar la carnicería en el Maidan – y por miembros del cuerpo antidisturbios ucraniano recién disuelto «Bérkut» (águila), a quienes el presidente Vladímir Putin, por cierto, acaba de conceder la nacionalidad rusa.
Petición de protección
El ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov, acusó a Rusia de «intervención armada y ocupación militar de Crimea». Y solicitó la protección de Estados Unidos y el Reino Unido para garantizar la soberanía de Ucrania. Refiriéndose al aeródromo de Belbek, Avákov escribió en Facebook que «dentro hay militares y guardafronteras ucranianos, pero fuera hay militares con uniforme de camuflaje y armados sin distintivos, que no ocultan, sin embargo, su pertenencia a la Flota del mar Negro».
Según el ministro del Interior, la Policía ucraniana no cuenta con fuerzas para hacer frente a la situación y tendrá que ser el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania el que decida qué medidas adoptar en adelante. El responsable de este nuevo órgano, Andréi Parubi, antiguo jefe del servicio de orden del Maidan, declaró: «Estamos estudiando la posibilidad de decretar el estado de emergencia».
«Atentado a la soberanía»
Los grupos armados prorrusos afirmaron que su intención es evitar que lleguen a la península tropas desde Kiev o «patrullas de autodefensa» del Maidan. Mientras que Avákov insistió en que lo que está ocurriendo en Crimea es «un atentado contra la soberanía de Ucrania». El servicio fronterizo ucraniano emitió un comunicado en el que asegura que uno de sus destacamentos en Balaklava había sido acordonado por militares rusos. Y denunció que varios helicópteros de combate rusos sobrevolaron el espacio aéreo de la península sin la debida autorización.
El mando de la Marina rusa negó tener nada que ver con el bloqueo de aeropuertos y puestos fronterizos, mientras la Cancillería rusa respondía que los actuales sucesos en Crimea «son resultado de los procesos políticos internos de Ucrania».
Mientras tanto, la Rada (Parlamento) local de Crimea , cuyo edificio se encuentra en Simferópol y que alberga también las oficinas del Gobierno peninsular, continúa en manos de los mismos destacamentos armados que la ocuparon el jueves por la mañana. Avákov cree que se tratan de fuerzas antidisturbios «Bérkut».
Pero, como si nada tuviera que ver con lo que está pasando, Putin adoptó un tono de lo más moderado e instó ayer a impedir una escalada de la violencia en Crimea.
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