Los lugares más peligrosos para un náufrago a la deriva
El Pacífico, por su inmensidad, es uno de los lugares del mundo donde es más fácil perderse
abc.es
José Salvador Alvarenga logró sobrevivir durante 13 meses a la deriva en la región de Micronesia, en el Pacífico. La historia suena a ciencia ficción, ya que el Pacífico es una de las zonas más peligrosas de la Tierra para perderse.
Tomás Francisco Ramírez, ... capitán de la marina mercante, ha asegurado en declaraciones «BBC Mundo» que «naufragar es peligroso siempre», pero que «en las zonas aisladas del Pacífico» puede resultar mortal ya que los barcos normalmente tienen «rutas preestablecidas, de las que no suelen salir».
Además, si el relato de Alvarenga es cierto y efectivamente fue a parar a dónde él cree, «allí hay unas corrientes que siempre llevan hacia aquel lado y son perennes. No es un lugar donde pasan muchas rutas de embarcaciones».
El problema es que el Pacífico es inmenso, ocupa una superficie de 165 700 000 kilómetros cuadrados y en algunas zonas apenas se pueden coger referencias. Los capitanes de los buques tratan de tener un punto de referencia por si sucede algo», detalla. «Antiguamente lo hacían para tomar combustible y agua. Pero entre las Islas Marshall y Centroamérica o México no hay un tráfico corriente, el camino hacia Australia no es de mucho tráfico comercial», explica.
La temperatura del agua es clave
Sin embargo, el factor determinante para calcular el tiempo de vida que le queda un hombre a la deriva es la temperatura del agua . Cuanto más fría esté más rápida será la muerte.
«La temperatura del cuerpo va a ir disminuyendo hasta la hipotermia, no tengas la capacidad de reacción, te hundas y te mueras», explica Alfredo Siles, oficial de la marina mercante.
Sin embargo hay otros factores que pueden causar la muerte en aguas cálidas. «Si caes en el Caribe o Australia, donde hay tiburones blancos» tienes poco que hacer, explica Siles.
El material de la embarcación
Otro factor a tener en cuenta para sobrevivir en el mar es el material de la embarcación. Si está hecha fundamentalmente de madera será más fácil que desaparezca de los radares internacionales ya que estos aparatos están diseñados para detectar el metal. Así, si un hombre desaparece en un bote de madera, tal y como le ocurrió a José Alvarenga en pleno Océano Pacífico, sus probabilidades de supervivencia son mínimas.
Una verdadera odisea
José Salvador Alvarenga, pescador salvadoreño residente en México, fue rescatado en un aislado atolón de las islas Marshall tras una larga odisea de unos 12.500 kilómetros. El náufrago afirma haber sobrevivido durante 13 meses en el Pacífico a la deriva. Aparentemente partió de México a finales de 2012 en una expedición para pescar tiburones en aguas de El Salvador junto a un compañero, que supuestamente murió al cabo de unos meses en alta mar.
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