La izquierda acusa a Hollande de «traidor»

«Traidor» en el lecho, a juicio de quienes critican su vida íntima. «Traidor» para toda la izquierda socialista, para el PCF y para la izquierda de la izquierda. L’Humanité , diario oficial del PCF, ha presentado la nueva política económica de Hollande con estos titulares: «Yo, presidente, agente de la patronal», «Yo, presidente, hago la política de la patronal».

El candidato Hollande hizo célebre la frase: «Yo, presidente...» A partir de ahí, el candidato continuaba: Yo, presidente, haré esto, haré lo otro... Ayer, el semanario satírico más famoso de Francia, Charlie-Hebdo , consagraba su portada a Hollande y su frasecita. Hollande aparece en pie, con el sexo al aire, que declara, tan pancho: «Yo, presidente, abriré mi bragueta». Con esa caricatura, Charlie-Hebdo resume a su manera el alcance inflamable de las tribulaciones amorosas del jefe del estado: con la madre de sus hijos, Ségolène Royale, lejos del lecho conyugal , con su penúltima compañera, Valérie Trierweiler , siguiendo una cura de sueño (tras descubrir la traición de su compañero presidente); y con su tercera supuesta compañera, Julie Gayet , querellándose contra el semanario Closer , por publicar las fotos que revelaron una relación sentimental que pudo comenzar a finales de 2012.

Un enredo que le complica a Hollande la estrategia de presentación de unos nuevos planes económicos, que incluyen el anuncio de 65.000 millones de nuevos recortes durante los próximos tres años . El presidente no entró en los detalles prácticos, limitándose a razonar la justificación de los recortes: «¿Por qué hay que reducir el gasto público? Porque es el camino imprescindible para reducir el déficit. Y la reducción del déficit es imprescindible para poder bajar los impuestos. Este año haremos 15.000 millones de ahorros presupuestarias. Entre 2015 y 2017 deberemos hacer otros 50.000 millones de ahorros. Es mucho. Pero debemos hacerlo».

Hollande calla que ese era el mismo plan de recortes previsto por Nicolas Sarkozy hace dos años . Recortes que Sarkozy no llegó a realizar, y que todavía se quedan muy cortos, con respecto a los recomendados por el Tribunal de Cuentas y la Comisión Europea.

Grito en el cielo

Los medios próximos a Hollande presentan los 65.000 millones de recortes previstos por Hollande, sin anunciar dónde, cómo y cuándo se realizarán, como la confirmación de un « giro social liberal» , un «giro socialdemócrata». La izquierda socialista, el PCF y la izquierda de la izquierda, por el contrario, ponen el grito en el cielo, denunciando a gritos la «traición» del compañero Hollande, que había declarado que su gran «enemigo» era «el mundo de las finanzas» en su célebre mitín de Le Bourget, en la primavera de 2012. Menos de dos años después, el mismo Hollande propone a la patronal francesa un pacto de responsabilidad nacional.

Pouria Amirshabi , del ala izquierda del PS, comenta el giro político en estos términos: «Hollande ha puesto su política en manos de la patronal. Su fórmula es muy de derechas: bajar las cargas patronales, recortar los ingresos del Estado... por ese camino, la política gubernamental va de cabeza al fracaso. Los electores socialistas eligieron a Hollande para hacer otra política».

En nombre del PCF, Pierre Laurent insiste: «Hollande está dinamitando el modelo social francés. Una catástrofe para la izquierda y para Francia. El jefe del Estado se ha plegado a las exigencias de la patronal. Hollande ha renunciado a hacer una política de izquierdas». Mucho más virulento, si cabe, Jean-Luc Mélenchon , presidente del Frente de izquierdas (Fdi), que reagrupa a la izquierda de la izquierda, declara: «Hollande está dando el giro a la derecha más brutal desde los años cincuenta del siglo pasado. Una traición en regla contra la izquierda y las clases trabajadoras».

¿Cual es el alcance de esa ruptura ideológica entre Hollande y la izquierda? Una fragmentación ideológica, política, social y cultural de fondo, que el vespertino Le Monde resume con este titular: «La izquierda, cada día más dividida tras los anuncios del jefe del Estado».

Se trata de una fragmentación que viene de lejos. Hace años que los obreros franceses se distanciaron del PS y del PCF para votar extrema derecha, en muchos casos . Los 65.000 millones de euros de recortes, durante los próximos tres años, agravarán el abismo creciente que enfrenta a los sindicatos con Hollande. Los sindicatos también están perdiendo afiliados. Pero el giro a la derecha del presidente no convence a la izquierda ni a la derecha.

Erosión

Hollande puede seguir gobernando durante tres años. Pero la erosión de su base política y social complica peligrosamente su acción, cuando la extrema derecha del Frente Nacional (FN) caracolea en los sondeos como el tercer partido de Francia.

«Traidor» para sus mujeres, «traidor» para la izquierda, «incompetente» para la derecha y la extrema derecha, Hollande vive recluido en el búnker del Elíseo, donde su guardia pretoriana le aisla de la opinión pública.

Entre los ministros de su Gobierno, solo Manuel Valls , ministro del Interior, tiene una cota de popularidad sólida. Pero ha perdido seis puntos por su mala o muy mala gestión del escándalo Dieudonné, el “cómico” antisemita. Valls se encuentra él mismo en un callejón sin salida: su popularidad personal cae muy mal dentro del PS; y sus aspiraciones a jefe del Estado son harto prematuras . No hay elecciones presidenciales hasta el 2017. Quedan, pues, más de tres largos años de compleja crisis nacional.