Jodorkovski se dedicará a ayudar a los presos políticos

En una rueda de prensa concedida en Berlín dos días después de su inesperada liberación, Jodorkovski manifestó su voluntad de convertirse en un campeón de la libertad, pero por encima de la política del día a día. El exmagnate desea ser un luchador por la libertad de los presos de conciencia. «Quiero que mi liberación sea un símbolo de lo que puede lograr la sociedad civil cuando lucha por la libertad de los presos políticos», afirmó, tras lo que insistió en que en Rusia «sigue habiendo presos políticos que no tienen que ver con el caso Yukos».

«La lucha por el poder no es para mí», enfatizó para tranquilidad de Putin. Tras lo que subrayó la necesidad de «garantizar que en Rusia y en otros países del mundo no haya presos políticos». «Haré cuanto esté en mi mano para asegurar que ninguno de ellos es olvidado», afirmó en una rueda de prensa celebrada simbólicamente en el museo del Muro de Berlín, dedicado a las víctimas de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), del comunismo y más recientemente de los presos de Rusia. Como si así quisiera enfatizar que este país aún está muy lejos de los valores democráticos de Europa.

En este sentido, el exmagnate afirmó con cierta retórica que la sola existencia de ese museo, en el que hay una exposición dedicada a su caso, le ayudó mucho durante los años de cárcel y que por ello había decidido hacer aquí su primera comparecencia pública.

Tras convertirse en el hombre más rico de Rusia y en dueño de la petrolera Yukos, Jodorkovski fue detenido y procesado en 2003 acusado de fraude fiscal. Fue enviado a cárceles de Siberia y Karelia y, a menudo, encerrado en celdas de castigo por supuestas infracciones. Por sorpresa, el pasado jueves, el presidente Putin anunció su liberación por «motivos humanitarios», más específicamente por la grave enfermedad de la madre del exmagnate. Este fue entonces trasladado a Berlín, donde se ha reunido con su familia y desde donde ha afirmado que no tiene ninguna intención de volver a Rusia por el momento.

Si el exmagnate dijo que no piensa dedicarse a la lucha por el poder ni a la política cotidiana, también enfatizó ayer que tampoco tiene la intención de entregarse a los negocios. «Mi situación económica no es tal que tenga que volver a trabajar para ganar dinero, no voy a volver a la actividad empresarial», afirmó. «Yo no compro clubes de fútbol», bromeó en alusión a la afición de otros magnates rusos a ampliar su fortuna con el deporte.

Antes de la conferencia de prensa, el exmagnate señaló ante un grupo de periodistas: «No lucharé por mis acciones en Yukos», la petrolera que le confiscó el Gobierno de Putin tras su detención.

El magnate no quiso precisar dónde vivirá en el futuro inmediato. «Hablaré con mi mujer y con mis hijos acerca de dónde vamos a vivir, eso es algo que no puedo decidir solo», dijo. Asimismo, reiteró su inocencia respecto a los cargos por los que fue condenado a catorce años de cárcel y aseguró que la petición de clemencia a Putin no incluía una confesión. «El régimen siempre quiso una confesión, lo que para mí era inaceptable», señaló Jodorkovski. Interrogado acerca de si estaba agradecido a Putin por el indulto, se limitó a decir que se alegraba de la decisión, informa Efe.

Asimismo aseguró no tener rencor ni deseos de venganza. «Sé que en este terreno a veces se juega fuerte. Cuando vi que el trato hacia mi familia era normal, decidí que tenía que asumir mi situación de modo pragmático, y en el pragmatismo no hay campo para el rencor ni la venganza», señaló. Aunque su situación económica no está clara, todo indica que de su antigua fortuna, estimada en miles de millones de euros, le ha quedado suficiente dinero para garantizar su subsistencia.

En la liberación de Jodorkovski han jugado un papel fundamental las autoridades alemanas. En primer lugar, el exministro de Exteriores Hans-Dietrich Genscher, quien fuera jefe de la diplomacia germana en los tiempos de la caída del Muro y de la reunificación alemana. Pero los analistas e incluso políticos rusos de la oposición destacan que la canciller Merkel ha jugado también un destacado papel en la sombra. Es más, el nuevo ministro de Exteriores germano, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que la liberación de Jodorkovski ofrece una «buena base para discutir» sobre derechos humanos con Rusia. Declaraciones con las que el jefe de la diplomacia germana da a entender también el interés de su país por influir en el gigante ruso.

Algunos analistas han señalado que Putin ha liberado a Jodorkovski en estas fechas para evitar que la comunidad internacional boicotee los Juegos de Invierno de Sochi. A este respecto, Jodorkovski se mostró magnánimo: «Los Juegos de Sochi -dijo- son una fiesta del deporte, una fiesta para millones de personas, y, probablemente, no hay necesidad de estropearla».

En todo caso, Putin, que podría buscar su reelección (hasta la eternidad) en 2018, tiene un fuerte interés en mejorar su deteriorada imagen internacional. Los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi son el primer desafío. Pero es que, además, el crecimiento económico de Rusia comienza a estancarse pese a los altos precios de la energía. Rusia necesita atraer inversiones, pero para ello sería necesario dar muchas más garantías jurídicas para crear un ambiente de confianza empresarial. Rusia sigue estando bajo el reino de la arbitrariedad y el total amiguismo económico.