El amargo epílogo de Berlusconi

El voto de ayer en el Senado « confirma la maldición italiana que parece hacer imposible el fin de una era política sin traumas y sin odio », escribe el Corriere, en alusión a la salida de Bettino Craxi y su exilio en Túnez.

«Numerosos adversarios de Berlusconi son responsables de este final (...) pero él tiene una gran responsabilidad», añade diario, que critica que Berlusconi no hubiera ofrecido a sus electores «un proyecto que mantuviera unido al centroderecha» y por el contrario les pidiera «la enésima batalla pretoriana en defensa del jefe».

«Habríamos preferido un epílogo diferente y menos amargo, para nosotros y nuestra dignidad nacional, para la imagen que ofrecemos en el extranjero», escribe Stefano Folli en el diario de los medios financieros Il Sole 24-Ore .

«No hay duda de que la jornada de ayer ha marcado el fin de una era que ha durado dos décadas y cuyo principal protagonista, para bien y para mal, ha sido justamente el hombre expulsado ayer por el Senado», añade Folli.

La Repubblica se felicita por el hecho de que «incluso en Italia e incluso para un lider político, uno de los hombres más poderosos de los últimos 20 años, al final valen las reglas democráticas del Estado de derecho y la ley se cumple igual para todos».

No hay certeza de que la caída de Berlusconi vaya a suponer su fin político, según el diario, «pero su expulsión del Parlamento le coloca en condiciones precarias (...) y si no es su fin, es claramente el principio de un declive que podría ser rápido», concluye.

Il Giornale, propiedad de Berlusconi, advierte sin embargo en el editorial que firma Alessandro Sallusti a los «ilusos» que «no se engañen» porque un voto «no va a evitar que Berlusconi sea el líder político de millones de italianos que tienen la esperanza de un país libre y liberal».