análisis
Ciao, Berlusconi
Il Cavaliere tuvo muchas oportunidades para cambiar el país, pero no lo hizo por su «flexibilidad moral»
claudio zin
Noviembre, 27, del año del Señor de 2013, miércoles, señala la fecha del ultimo día de «Il Cavaliere» Silvio Berlusconi como miembro del Parlamento italiano. En este día el Senado de la República votó por mayoría su «decadenza» . Traducido: pérdida de su condición de ... senador y por ende de la inmunidad parlamentaria que esa situación conlleva, por ejemplo, para evitar la cárcel si es encontrado culpable de algún delito.
Pero también, y según el diccionario italiano, «decadenza» significa «progresiva perdita di forza, vigore, potenza, e simili, declino. Decadenza fisica, morale e politica» Este es el Berlusconi de hoy, el decadente , que tiene miedo de ir a la cárcel, por la pérdida de su inmunidad, y por las sentencias de los numerosos procesos pendientes a punto de llegar, especialmente el que concierne al «affaire» «Ruby Rompecorazones» , que, según las jueces (el tribunal de Milán que juzga el caso está compuesto por tres mujeres), tuvo reiteradamente relaciones con «Il Cavaliere» a cambio de dinero.
Lo cierto es que según la misma Ruby, que en verdad se llama Karima el Mahroug y es marroquí, no egipcia emparentada con Mubarak como intentó hacer creer a don Silvio, negó en el juicio que los hechos hayan sido esos, afirmó que nunca recibió dinero de Berlusconi. Los jueces no le creyeron, ni a ella ni a los 70 testigos que afirmaron algo parecido. Extraña justicia, por cierto.
Es más, la linda Ruby sostiene que el único que le pagó por sexo siendo menor fue el mismísimo Cristiano Ronaldo (4.000 €). Los hechos probados según el tribunal son estos: Berlusconi pagaba 3000 euros por cada noche pasada en su «casita» de 12.000 metros cuadrados de Arcore. Además de haberle regalado un dinero para abrir un negocio, de 53.000 euros dicen las malas lenguas, y así ponerse a trabajar de otra cosa, que ya era hora.
Me gustaría agregar algunos hechos a este comentario, que por sarcástico puede parecer poco serio. Berlusconi era en ese momento primer ministro y la señorita Ruby era menor de edad, aunque no lo pareciera. Solo detalles, claro.
Las jueces de primera instancia lo sentenciaron por estos días y por este asunto a siete años de cárcel y a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Claro que apelará. De todos modos, hay otra sentencia firme, por fraude fiscal de fines de septiembre de este año, a un año de cárcel de cumplimiento efectivo y dos de inhabilitación para ejercer cargos públicos, elegir y ser elegido. Es por este caso con sentencia firme del Tribunal de Casación por el que el Senado votó su expulsión del cuerpo.
El último capítulo de su vida pública formal ocurre a los 77 años, recién cumplidos, en medio de estos escándalos judiciales, con su agrupación política partida en dos; recientemente, de los 90 senadores que tenía en la Cámara Alta, 27 constituyeron un nuevo grupo parlamentario denominado Nuovo Centro Destra , con una cantidad de diputados no bien establecida aún y los cinco ministros que forman parte del Gabinete del actual «premier» de centro- izquierda moderado, Enrico Letta.
Por su parte, Silvio volvió a las fuentes y recreó Forza Italia , su viejo y amado partido, que ya no le alcanzó ni en cantidad ni en poder para poder «zafarse» de la destitución. Después de numerosas escaramuzas de sus mejores espadas parlamentarios, el viernes 22 quedó firme en la agenda del Senado el día 27 como el indicado para que cada senador manifestase, con voto cantado y ante un Aula repleta de periodistas, partidarios, contrarios y curiosos, si votaba por la continuidad o la «decadenza» del «Cavaliere».
Todas las previsiones, adivinanzas y apuestas de todo tipo giraron alrededor de su expulsión, y acertaron.
Solo para terminar con este tema, dos comentarios: Italia no pierde nada con este hecho . Berlusconi pasará a la historia como un personaje curioso, inteligente, hábil, gran empresario, que tuvo muchas oportunidades para cambiar el país y no lo hizo, seguramente por una «flexibilidad moral» poco adecuada para conseguirlo. No consiguió siquiera la reforma de la Justicia que podía haberle evitado todas estas zozobras, se distrajo con mucha frecuencia.
Por último, Italia sufre, y mucho, por falta de decisiones políticas indispensables para su vida diaria: ley de presupuesto, cargas fiscales, impuesto al trabajo, entre otros. Y la vigencia de Silvio Berlusconi distrae con mucha frecuencia la actividad política cotidiana, cambiando permanentemente el foco, desplazándolo de lo importante a lo urgente, que son el mismo Silvio y sus entuertos.
Los políticos italianos deben ser parlamentarios (a nivel nacional, regional, provincial o municipal ). El país mismo es un régimen democrático parlamentario; por ende, don Silvio dejará de formar parte del núcleo mismo, de la esencia, de la política italiana, o de «la casta», como llaman por esos puertos a cierta parte de los políticos italianos.
Ciao, Berlusconi
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