italia
El hundimiento del padre y patrón Berlusconi
El abandono de «Il Cavaliere» por sus más fieles políticos ha sido como un parricidio que acaba con toda una era política
Ángel Gómez Fuentes
Silvio Berlusconi sufrió este miércoles la más grave derrota de su vida política , más grave aún que sus derrotas electorales, aunque ni él ni sus fieles seguidores lo reconozcan. Por primera vez, se ha alzado en rebeldía un sector fundamental de ... un partido , que hasta el mismo miércoles él gobernaba como patrón indiscutible. Como jefe de fábrica a quien nadie se atrevía a rechistar. Un partido a su servicio y para sus intereses.
Al enorme sufrimiento político de la derrota, «Il Cavaliere» tiene que añadir ahora el terrible dolor de verse traicionado por algunos de sus más fieles escuderos.
«Me ha traicionado. Y eso que me lo debe todo»Le ha dolido, sobre todo, la «traición» del secretario político del Pueblo de la Libertad , Angelino Alfano , a quien consideraba casi como un hijo. No ocultaba este miércoles su decepción «Il Cavaliere»: «Angelino me ha traicionado. De veras que me ha traicionado. Y eso que me lo debe todo a mí, pues a mí me lo confió su propio padre . Me causa un dolor indescriptible. Y me ha tenido que traicionar justamente ahora, en el momento más difícil de mi vida, cuando los magistrados se vuelven contra mí , me prohíben ejercer cargos públicos, me condenan a arresto domiciliario o a servicios sociales y, lo que es peor, cuando podría acabar en la cárcel después de que me expulsen del Senado».
Esta palabras de Silvio Berlusconi reflejan dramáticamente hasta qué punto la herida en lo humano ha sido más profunda que la herida política. En estos días se han sucedido los encuentros a solas entre Berlusconi y su delfín Alfano. Pero finalmente se consumó el parricidio. Pues lo ocurrido en el Pueblo de la Libertad, el partido de Berlusconi, ha sido un parricidio en toda regla . El hombre que ha dominado el centro-derecha de Italia durante veinte años como padre y patrón indiscutido e indiscutible se siente acuchillado por la espalda por los suyos. Por los mismos que jamás habían osado rechistarle ni contradecirle ni aún en los momentos más controvertidos de su carrera política.
La derrota de Berlusconi cierra un ciclo de la vida política italiana de dos décadas en las que su vida personal, sus intrincados negocios y las cuestiones de Estado se han entrelazado de forma no siempre limpia en torno a su figura. Su dominio de la escena política italiana desde que ganó sus primeras elecciones en 1994 fue indiscutible.
Fue un soplo de aire fresco pero luego se enfangó en su propia «tangentopoli»Antes de pasarse a la política fue un empresario de éxito . Su irrupción fue saludada como un soplo de aire fresco en otro turbio fin de época: el de aquella «Tangentopoli» de los políticos del viejo régimen, enfangados en la corrupción, los vínculos con la mafia y las mil componendas. Berlusconi fue un personaje admirado por muchos de sus compatriotas, que veían -y aún ven muchos en él- la encarnación del éxito en todas las facetas de la vida. Pero él también se enfangó en su propia «tangentopoli» de fraudes, turbios negocios, fiestas escandalosas, corrupción y componendas . Creyó que su partido, que los suyos le seguirían hasta el infierno. Pero no ha sido así.
En el Senado se escenificó este miércoles el que probablemente fue el último acto importante de su historia política. En los próximos días será expulsado de su escaño en el Senado y ya no podrá concurrir a las próximas elecciones . Fue un acto en cierta forma también simbólico, y una revolución generacional protagonizada por dos cuarentones: Enrico Letta (46 años) y Angelino Alfano (43 años). Cuando Berlusconi anunció su voto favorable a Letta, el primer ministro tuvo una reacción de incredulidad, casi irónica y divertida, y dirigiéndose a Angelino Alfano exclamó sonriendo: «¡Grande, Silvio!»
Con su «sí» a Letta, Silvio Berlusconi intentó aferrarse a una tabla de salvación, política y personal, viendo que estaba en medio de una tormenta que lo arrollaba. En realidad, Letta y el Partido Democrático (PD), que ya tenían la mayoría asegurada con el voto de los disidentes del PDL, hubieran deseado el «no» de Berlusconi .
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