Obama plantea un ataque «no cosmético» y más ayuda a la oposición

«Lo que prevemos es un algo limitado. Es algo proporcional. Degradará las capacidades de Assad. Al mismo tiempo, tenemos una estrategia más amplia que nos permitirá aumentar las capacidades de la oposición», declaró Obama antes de reunirse en la Casa Blanca con los líderes de los grupos demócrata y republicano del Senado y la Cámara de Representantes, así como de sus principales representantes en las comisiones de Exteriores, Fuerzas Armas e Inteligencia.

De acuerdo con el senador republicano John McCain, que se reunió el lunes con Obama , este le aseguró que el ataque será «muy serio, no cosmético». Como prueba de que eso se combinará con mayor ayuda a la oposición, el presidente le aseguró que la primera célula de cincuenta rebeldes entrenados por la CIA ha comenzado a introducirse en Siria.

La mención de Obama a una «estrategia más amplia» responde a las críticas que se le han hecho a la Casa Blanca de no tener un plan para Siria. A pesar del compromiso anunciado en junio de entregar armamento no pesado a grupos de la oposición, en realidad esa ayuda aún no ha llegado, según puso ayer de manifiesto el «Wall Street Journal». El anuncio de junio se sumaba a la política previa de encargar a la CIA el entrenamiento de unidades rebeldes y gestionar el reparto de armas procedentes de otros países.

En las intensas conversaciones con los miembros del Congreso la prioridad de momento ha sido convencer tanto a los «halcones», que reclaman una mayor intervención, aunque sin soldados sobre el terreno, como a quienes desde el centro estiman que no tiene sentido una acción de castigo, porque eso no cambia nada. Quedan aquellos que se oponen por principio a cualquier intervención. Las reuniones continuará con los secretarios de Estado y de Defensa, John Kerry y Huck Hagel, respectivamente, tras la marcha de Obama a Suecia y Rusia (cumbre del G-20) para el resto de semana.

Las discusiones ya no están centradas en si realmente el régimen sirio llevó a cabo un gran ataque con armas químicas el 21 de agosto, algo que la mayoría de los congresistas han aceptado conocer tras el informe de inteligencia estadounidense, sino en cuál debe ser la respuesta de Estados Unidos. En el ataque en los suburbios de Damasco, que EE.UU. asegura se llevó a cabo con gas sarín, habrían muerto al menos 1.429 personas, incluyendo 426 niños.

El apoyo insinuado por McCain, así como la petición de voto positivo realizada por el «speaker» de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, supone un avance para Obama. Boehner llamó «acto bárbaro» al ataque con agentes químicos. «Está claro que ni la ONU ni la OTAN van a poder actuar, solo EE.UU. tiene la capacidad de hacerlo, debemos parar a Assad». También la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llamó a los miembros de su grupo a votar a favor del ataque, pues «Assad ha cruzado la línea y hay que enviar un mensaje muy claro».

Obama expresó su «confianza» en que el Congreso autorizará la acción, y se mostró dispuesto a aceptar que la autorización sea en términos menos genéricos que el borrador remitido por la Casa Blanca. Este planteaba un uso de la fuerza «como el presidente determine que sea necesario y apropiado». Los senadores han aparcado la moción, por considerarla demasiado amplia, y están redactando otra en la que la que se limite la autorización a un periodo de sesenta días, quizás con una posible extensión de treinta. También se está debatiendo la prohibición expresa de uso de tropas sobre el terreno, salvo en el caso de fuerzas de operaciones especiales que deban actuar para el rescate de algún avión accidentado.