Sin embargo, el mandatario considera que sus posibilidades de victoria son «las mismas que en 1980», tras la independencia del país. Mugabe ha admitido que «no contempla» una nueva cohabitación en el poder con su rival, Morgan Tsvangirai —con quien comparte el poder después de cuatro años—.
«No creo que tengamos el mismo resultado [que en 2008]. Creo que obtendremos un resultado amplio», indicó, antes de precisar que «si no hay un resultado claro, lo impugnaremos».
Sospechas de irregularidades
En 2008, Tsvangirai obtuvo el 47% de los votos, por delante de Mugabe (43%). Los partidarios del jefe de Estado no tardaron en lanzar una ola de violencia, que dejo unos 200 muertos. Ante el riesgo de que los disturbios continuasen, Tsvangirai decidió entonces retirar su candidatura antes de la segunda vuelta, dejando el camino libre a su rival hacia la Presidencia, aunque convirtiéndose poco después en primer ministro, en una complicada cohabitación impuesta por los países vecinos.
Mugabe ha aprovechado también para rechazar cualquier acusación de manipulación en las elecciones. «No controlo el proceso electoral, me someto a la ley electoral y soy muy obediente», ha dicho el veterano presidente, ante las denuncias de fraude en las listas lanzadas por el partido de Tsvangirai. La relación de candidatos no fue hecha pública hasta esta mañana , apenas 24 horas antes de los comicios
Mugabe advierte: «Si no hay un resultado claro, lo impugnaremos»
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