El Ejército estadounidense desvela sus cinco opciones para Siria

La carta de Dempsey incluye una evaluación desclasificada de las opciones para Estados Unidos de usar la fuerza en el conflicto. El general explica que la Administración de Barack Obama estudia aún los pasos a tomar en respuesta a la guerra civil en Siria.

En concreto, Dempsey destaca cinco líneas de actuación para las que el Ejército estaría preparado:

- Adiestrar y asesorar a la oposición. Ofreciendo asistencia en materia de Inteligencia y Logística. Una misión que tendría un coste estimado de unos 500 millones de dólares anuales.

- Llevar a cabo ataques puntuales de efectos limitados. Esta opción implicaría bombardeos contra las defensas aéreas sirias y centros de control militar para debilitar la capacidad del régimen de mantener la guerra. El coste sería de unos 1.000 millones de dólares al mes, con riesgo de posibles represalias y víctimas civiles.

- Establecer una zona de exclusión aérea . algo que requeriría cientos de aviones de combate y unidades de apoyo. La operación supondría un gasto de 1.000 millones mensuales y los riesgos incluyen la posible pérdida de aviones militares, así como un posible fracaso en la reducción de la violencia, ya que la mayoría de los ataques contra la oposición son terrestres, más que aéreos.

- Fijar zonas de contención. En esta alternativa se usaría la fuerza para establecer zonas seguras dentro de territorio sirio, en las que la oposición podría entrenarse y organizarse a salvo de los ataques de las fuerzas leales al régimen. El coste superaría los 1.000 millones de dólares al mes y el fin sería mejorar las capacidades militares de la oposición al cabo de cierto tiempo. Sin embargo, estas zonas podrían convertirse en objetivos del régimen.

- Controlar las armas químicas . Se trataría de realizar ataques letales para evitar la proliferación de armas químicas y destruir el «enorme arsenal» de armas sirio. Esta opción requeriría disponer de cientos de aviones militares y desplegar efectivos en el terreno. Su coste sería superior a los 1.000 millones de dólares al mes.

El documento supone su respuesta a las preguntas de dos miembros de la Comisión de los Servicios Armados del Senado tras una tensa reunión la semana pasada para estudiar la posible reelección de Dempsey por dos años más al frente del Estado Mayor Conjunto. La carta fue desvelada por el senador Carl Levin, líder demócrata en la Cámara, que junto con el republicano John McCain había interrogado a Dempsey sobre su postura.

Tras esa reunión, McCain amenazó con retrasar el nombramiento de Dempsey hasta que éste se pronunciase sobre Siria.

Anticipar las consecuencias

Aunque las opciones estadounidenses en Siria han sido evaluadas en el pasado, la carta de Dempsey supone el documento público que ofrece más detalles sobre cómo el Ejército norteamericano podría ayudar a los contrarios al régimen de Bashar al Assad , así como los riesgos y costes potenciales de cada operación.

«En los últimos diez años hemos aprendido que no llega con alterar el equilibrio militar, sin tener en bien en cuenta lo que se necesita para hacer que el Estado siga funcionando. Debemos anticipar y estar preparados para las posibles consecuencias inesperadas de nuestra intervención», advierte Dempsey.

El actual papel del Ejército norteamericano en el conflicto se limita a suministrar ayuda humanitaria, ayudar a garantizar la seguridad en los países vecinos y aportar material no letal a la oposición.