La extradición de Snowden de Hong Kong supondría una «pérdida de autoridad»

El editorial es, de momento, la manifestación oficial más tajante sobre el caso emitida por una fuente del Gobierno chino, en este caso un periódico perteneciente al Partido Comunista (PCCh) de la potencia asiática.

«Las consecuencias de extraditar a Snowden a Estados Unidos serían más problemáticas, porque la reacción local acarrearía más conflicto a Hong Kong y a la China continental», reza el texto, que enfatiza que el estadounidense «no ha herido a nadie».

Por el contrario, dice que «su único 'delito' ha sido revelar la violación del Gobierno de Estados Unidos a los derechos civiles», una acción que, apunta, «ha sido aplaudida por todo el mundo».

El periódico admite que el caso ha «desplegado una sombra en las nuevas relaciones chino-estadounidenses después del encuentro entre (los presidentes de ambas potencias) Xi Jinping y Barack Obama», que tuvo lugar los pasados 7 y 8 de junio en California.

La cita coincidió con las primeras publicaciones acerca de los programas estadounidenses de vigilancia, información que Snowden cedió en exclusiva a los diarios «The Guardian» y «The Washington Post».

La revelación se produjo, además, después de meses de cruces de acusaciones entre EE.UU. y China sobre ciberespionaje, uno de los asuntos primordiales para Washington en el encuentro de Xi y Obama.

«Los ciberataques, un arma utilizada frecuentemente por el Gobierno de Estados Unidos, se ha convertido en su propio talón de Aquiles», dice el «Global Times».

No obstante, resalta que «China es suficientemente generosa como para no publicitar este incidente, en consideración hacia las relaciones con Estados Unidos».

«Cuanto antes se resuelva, mejor serán las relaciones entre ambos países» , añade, pero matiza: «el Gobierno chino no tiene responsabilidad de ayudar a Estados Unidos a apagar el incendio».

Si bien el rotativo oficial defiende la no extradición sin ambages, subraya que «la actitud de no hacer comentarios del Gobierno central (chino) y las ambiguas declaraciones de la Administración de Hong Kong son las respuestas adecuadas».