turquía
«Estos supuestos ateos deberían ser aniquilados»
Un líder del partido gobernante turco desata la polémica religiosa en Twitter mientras un tribunal condena a un columnista por blasfemar contra Mahoma
«Mi sangre arde cuando psicópatas invertebrados que pretenden ser ateos juran contra mi religión. Estos violados deberían ser aniquilados». Con estas frases de desprecio (como indica el uso altamente despectivo del adjetivo «violados»), Mahmut Macit , un alto cargo de la sección provincial ... del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) en Ankara, ha vuelto a desatar la polémica sobre el carácter islamista del gobierno turco. Macit tuiteó estas palabras ayer, añadiendo que «insultar al Islam no debe ser considerado libertad de expresión».
Tal vez la polémica no habría sido tal si no fuese porque, hace apenas unas semanas, el pianista Fazil Say fue condenado a diez meses de cárcel por proferir insultos a la religión musulmana a través de Twitter . Turquía no tiene leyes contra la blasfemia, pero Say fue condenado en virtud del artículo 216 del Código Penal turco, que castiga la incitación al odio por motivos raciales de clase o religiosos y el insulto a «los valores religiosos de un sector importante de la población».
Además, el artículo 218 del ordenamiento penal turco duplica la pena para este delito si este ha sido realizado a través de un medio de comunicación, lo que se tuvo en cuenta en el caso de Say por haber utilizado esta red social. Por ahora, sin embargo, nadie ha levantado un dedo para denunciar a Macit.
Condena por blasfemia
Del mismo modo, ayer un tribunal turco condenó, por el mismo delito de ofensa al sentimiento religioso, al lingüista y columnista de origen armenio Sevan Nisanyan , por un post en su blog en el que defendía el derecho a la libertad de expresión de los creadores de «Inocencia de los Musulmanes», la ofensiva película contra la vida del profeta Mahoma que provocó enconadas reacciones en todo el mundo el verano pasado.
En un post titulado «Necesitamos combatir el discurso del odio», Nisanyan sostenía que «burlarse de un líder árabe que aseguraba haber contactado con Alá hace cientos de años y recibido beneficios políticos, financieros y sexuales , no es un discurso de odio. Es un test casi de nivel de preescolar de lo que se llama libertad de expresión». Por estas palabras, la justicia turca le ha condenado a un total de 13 meses de cárcel, aunque todavía puede recurrir la pena.
Trato de favor a los suníes
Esta misma semana, el Informe sobre Libertad Religiosa en el mundo del Departamento de Estado de los EE.UU. indicó que, si bien la legislación turca protege la libertad religiosa, en la práctica el gobierno turco favorece a los grupos musulmanes suníes y establece restricciones para otras minorías. «En general, los miembros de los grupos religiosos reconocidos formalmente durante el período otomano, incluyendo a los ortodoxos griegos, armenios y sirios, a los protestantes armenios, y a las comunidades judías, han asegurado que tienen libertad para practicar su fe», asegura el informe.
El texto, no obstante, no ahorra críticas al gobierno por el tratamiento de favor hacia los suníes –por ejemplo, cediendo tierra para la construcción de mezquitas y la financiación generosa del clero– y su discriminación hacia otros grupos religiosos, como los alevíes, que suponen en torno a un diez por ciento de la población. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha calificado el informe de «nulo y vacío de contenido».
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