Un objetor israelí recibe su octava pena de cárcel por negarse a ir al ejército

Este joven, ha recibido este martes su octava condena desde que el pasado mes de febrero se negó a ir a la mili aduciendo motivos políticos, en concreto su oposición a la ocupación israelí en Cisjordania.

«En Israel los objetores de conciencia pueden librarse de la cárcel si argumentan que están en contra del ejército como institución, que son pacifistas y reniegan de cualquier ejército», comentó a ABC Rawan Eghbariah, la abogada que lleva el caso de Blanc, «pero Natan ha dicho claramente que él está en contra del ejército de Israel por su ocupación de Cisjordania, por lo que la corte militar le está castigando por sus ideas políticas».

Eghbariah, que pertenece a la asociación Perfil Nuevo, que ayuda a jóvenes objetores de conciencia en Israel, asegura que la ristra de condenas de cárcel que acumula Blanc va contra el derecho internacional.

«No se puede condenar una y otra vez a alguien por el mismo delito, claramente es ilegal según el derecho internacional. La semana que viene vamos a apelar a Amnistía Internacional y a la ONU por que hoy el mismo tribunal le ha vuelto a dar dos semanas de cárcel», protesta Eghbariah.

Blanc pisó la cárcel por primera vez en noviembre y desde entonces ha estado entrando y saliendo hasta sumar 116 días hasta ahora. Aunque Blanc no es el único objetor de conciencia político, no son muchos los que están dispuestos a convertirse en mártires de la causa y dar con sus huesos en la cárcel.

Según Perfil Nuevo, el año pasado 10 objetores de conciencia políticos fueron a la cárcel, pero hasta 1.500 personas no hicieron el servicio militar el año pasado tras haber pasado por sus oficinas.

«La inmensa mayoría de los que se niegan a hacer la mili no argumenta que son objetores de conciencia, y muchos no lo son, son gente a los que no les apetece perder dos o tres años de su vida», afirmó Shahaf Weisbein, activista de Nuevo Perfil y objetora de conciencia.

A pesar de que el ejército israelí intenta fomentar el espíritu marcial mediante campañas y educación en las escuelas, lo cierto es que el número de enlistamientos lleva varias décadas cayendo de forma drástica.

«En los años ochenta se enlistaba el 70 por ciento de la población, mientras que ahora está al 45 por ciento», comentó Sergei Sandler, otro activista por los derechos de los objetores de conciencia.

«La razón de esta caída es sobre todo la demografía, ya que los ultraortodoxos no suelen alistarse, al igual que los árabes-israelíes, que son dos segmentos de la población que han experimentado un boom en las últimas décadas, pero también radica en la desilusión del público en general con el ejército», aseguró el activista.