El presidente de Sudán anuncia que abandonará el cargo en 2015

«He ocupado más de 20 años el cargo y esto es más que suficiente. El pueblo sudanés quiere sangre nueva y un nuevo impulso para continuar lo que iniciamos. Las elecciones se celebrarán en dos años y esto da tiempo suficiente (al partido gubernamental Congreso Nacional) para elegir a su candidato», destacó el mandatario.

En 2009, el Tribunal Penal Internacional emitía una orden de detención contra Bashir por crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en la región de Darfur. Una causa que no le ha impedido pasear en estos años su dictadura por países como Qatar o Egipto.

Sin embargo, son los problemas internos los que de forma más acuciante amenazan la supervivencia del régimen: Pese a que el país africano ha evitado el contagio de la «primavera árabe» en su territorio, los movimientos sociales para derribar el Gobierno de Jartum se suceden en los últimos meses. Sobre todo, después de que la secesión de Sudán del Sur en julio de 2011 haya sumergido a la economía del país en el lodazal de la crisis (tres cuartas partes de sus históricas reservas de petróleo se escindieron junto al vecino sureño).

Y no se trata tan solo de estudiantes desorganizados. Ya a finales de noviembre, al menos 13 personas eran detenidas por su participación en un intento de golpe de Estado. Entre ellos, se encontraba Salah Gosh, exdirector de los servicios de Inteligencia y quien fuera guardaespaldas de Osama Bin Laden cuando el líder islamista residió en Sudán en la década de los 90.

Por ello, y ante el temor de nuevas contrariedades sobre la persona de Bashir (a finales de año le era extirpado, presuntamente, un tumor de la garganta) el proceso para elegir al candidato idóneo a la sucesión se acelera. En este sentido, el principal favorito es Ali Osman Taha, primer vicepresidente del país y quien desempeñó un papel determinante en la sangrienta campaña militar llevada a cabo en Darfur en 2003.