La guerra que se avecina por el liderazgo del chavismo y la oposición

En el bloque bolivariano pugnan por el liderazgo «civiles» y «promilitares». Al frente de los «civiles» se encuentra el vicepresidente , Nicolás Maduro, sucesor designado por el propio Chávez y hombre querido en La Habana. Al frente de los promilitares está el presidente de la Asamblea , Diosdado Cabello, antiguo compañero de Chávez en sus años de golpismo y hombre con fuerte control del aparato del chavismo.

Nicolás Maduro, de 51 años, exmilitante de la maoísta Liga Socialista, trabajó de joven como conductor de autobuses de Caracas. Pronto comenzó su carrera como líder sindical en los transportes públicos. Está casado con la actual fiscal general de la república y exdiputada de la Asamblea Nacional. Estuvo al lado de Hugo Chávez desde el momento en que este decidió entrar en política. En 1999, un año después de las primeras elecciones presidenciales ganadas por Chávez, fue elegido parlamentario. Su condición de aliado incondicional del líder bolivariano le asegura una ascensión fulgurante: presidente de la Asamblea, ministro de Exteriores y finalmente vicepresidente. por otra parte, los nombramientos de Elías Jaua en la Cancillería y de los vicepresidentes del Parlamento, suman puntos a favor de los civiles de Maduro.

El principal rival de Nicolás Maduro en el PSUV es Diosdado Cabello. El líder de los promilitares participó como teniente en el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez en 1992. Fracasada la rebelión, pasó a la reserva y se incorporó a la política como dirigente del movimiento que apoyó al presidente. Fue elegido vicepresidente, medida interpretada como una «militarización del gabinete». Cuando abandonó la vicepresidencia pasó a ocupar la cartera de Interior y Justicia. Se batió con la oposición por el gobierno del estado de Miranda, que presidió durante unos años, y fue uno de los más destacados organizadores del nuevo partido socialista venezolano. En 2008 Chávez le dio la cartera de Obras Públicas, y tras su elección para el Parlamento obtuvo en 2012 la presidencia.

Enfrente, en el bloque opositor, también habrá movimientos porque la muerte de Hugo Chávez le ha sorprendido desprevenido y sin líder. La coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha decidido elegir a su candidato presidencial por consenso, pero hasta ahora no ha anunciado ningún nombre. La disputa estaría entre Henrique Capriles Radonski y Antonio Ledezma.

Capriles, gobernador del estado de Miranda, es el candidato de la oposición que más cerca estuvo de arrebatar el poder a Chávez el pasado octubre. Parte de la oposición le criticó entonces por llevar una «campaña excluyente». No ha querido capitalizar su liderazgo y ha mantenido un perfil bajo. Alega que no le gusta ir por delante sin estar convocadas las nuevas presidenciales; sin darse cuenta de que así le deja todo el campo libre a su rival, el vicepresidente Nicolás Maduro. El partido socialcristiano Copei ya ha anunciado que le respaldará en la carrera al liderazgo opositor.

Antonio Ledezma será el mayor adversario de Capriles en la carrera antichavista. Es el actual alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas y una de las figuras más relevantes de la oposición venezolana. Dos veces diputado del extinto Congreso, en 1994 fue elegido senador. Este abogado de profesión ha rehusado hablar directamente de sus aspiraciones presidenciales y subraya que lo importante es buscar a un candidato de consenso capaz de derrotar al chavismo en las urnas. Su carrera política se comenzó a gestar en el liceo, donde fue líder estudiantil. En 1968 comenzó a militar en el partido socialdemócrata Acción Democrática. Como alcalde metropolitano llegó a defender los derechos de los trabajadores con una huelga de hambre.