Supertanque Merkava IV: el arma secreta de Israel para destruir a Hamás

Los Merkava pertenecen a la familia de carros de combate utilizada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Su diseño empezó a barruntarse tras la guerra del Yom Kippur, en 1973. Aquel enfrentamiento mostró las costuras de un contingente que, hasta entonces, se había nutrido de viejos modelos desechados por los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Algunos tan famosos como el Sherman, ya desfasado y demasiado ligero para enfrentarse a los blindados del Tercer Reich en los años cuarenta. Hacía falta sangre (o gasolina) nueva. «Comenzó a desarrollarse en 1970 y entró en servicio oficial nueve años después», explican los autores del ensayo 'Tecnología militar'.

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Desde el principio, las Fuerzas de Defensa de Israel establecieron unos pilares básicos alrededor de los que tendría que alzarse el nuevo carro de combate. Entre ellos, la reparación rápida en el campo de batalla, la supervivencia, la rentabilidad y el rendimiento fuera de la carretera. A su vez, también se ideó como una suerte de plataforma que permitiera el desembarco de equipos médicos en el campo de batalla, como una estación de comando y control de avance y como un vehículo que pudiera transportar de forma parcial infantería. Un todo en uno, vaya. El resultado fue ideal, como se demostró en el conflicto del Líbano en 1982, donde superó sin problemas a los T-62 de origen soviético y demostró ser casi invulnerable a las armas antitanque de la época, los AT-3 Sagger y el RPG-7.

El Merkava y sus sucesivas evoluciones (la última, la IV, fue entregada en 2004) han demostrado ser una pieza clave en la defensa de Israel; una probada ya en decenas de guerras y bregada en el campo de batalla. Desde su mismo nacimiento ha demostrado que, de los tres atributos que debe tener cualquier buen carro de combate, supera a sus contemporáneos en la protección, les iguala en armamento, y adolece en movilidad. Así lo especificó el especialista en defensa de ABC, Esteban Villarejo en 2014. En sus palabras, su principal característica es la defensa, en la que las FDI pusieron especial énfasis por la habitual superioridad numérica de vehículos enemigos a la que se solían enfrentar.

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Como consecuencia de la prioridad dada a la protección, desde un primer momento se diseñó un carro con el grupo motorpropulsor en la parte delantera. De hecho, es el único en servicio con esta característica. Otra peculiaridad es que, como consecuencia de esta configuración, se colocó una compuerta en la parte trasera de la barcaza de manera que, en casos muy especiales y eliminando algunos depósitos de munición, se puedan transportar hasta 6 personas. Por último, destaca que en los modelos más recientes del Merkava IV se ha montado un sistema de defensa activo que, mediante un conjunto de sensores situados en la torre, permite detectar la aproximación de misiles o granadas, activándose entonces unos lanzadores de artificios explosivos que destruyen dicha amenaza.

El armamento no se queda atrás. El principal es un cañón de 120 mm. de ánima lisa intercambiable, igual que el Leopardo español. Si bien, en el caso del carro europeo, el tubo es de mayor longitud (55 calibres frente a los 44 del Merkava, 1,30 m de diferencia). Una diferencia es que el Merkava cuenta entre su gama de municiones con un misil lanzado por el cañón –el LAHAT–, algo que hasta la fecha no ha sido contemplado por los ejércitos europeos ni norteamericanos, por considerar que la precisión de sus direcciones de tiro evita recurrir a este tipo de soluciones. Desde Israel, por el contrario, se afirma que es idóneo para acabar con helicópteros ubicados a una distancia media, lo que le ofrecería un punto más de versatilidad.

Peso: 65 toneladas

Armamento: 1 cañón de 120 mm., 1 ametralladora de 12,70 mm., 2 ametralladoras de 7,62 mm. y 1 mortero de 60 mm.

Motor: diésel de 1500 cv

Tripulación: 4 con jefe de carro, tirador, cargador y conductor

Prestaciones: autonomía de 500km, velocidad de 62km/h (carretera).

–¿Ha muerto el carro de combate en los campos de batalla por culpa de los drones?

Lo que planteo es que el carro de combate sigue teniendo una función, pero debe estar bien integrado en un sistema de armas combinadas acorde con los tiempos. El problema que estamos viendo en Ucrania es que se están empleando carros diseñados hace treinta años para un conflicto que no se luchó jamás: una colosal batalla de tanques que, creían, se iba a suceder en Europa central. Además, se usan sin un objetivo claro: no sirve de nada un arma si no tienes claro para qué vas a usarla. No hay más que ver las imágenes: los rusos avanzan en solitario, sin apoyo de infantería... Así son carne de cañón.

–¿Sirve como ejemplo de esta máxima la guerra de Ucrania?

Lo de Ucrania, hasta que dentro de unos años no se pueda estudiar lo sucedido, es propaganda. El mejor ejemplo es la invasión israelí del Líbano en 2006. El ejército israelí se lanzó de cabeza en la creencia de que bastaría con avanzar contra el enemigo para que este se retirara. Al final, se encontraron metidos en un avispero que no se esperaban. Ahí, sus tanques no fueron de utilidad.

–¿Fue eficiente el Merkava en aquella batalla?

El Merkava puede resistir el impacto de un misil SAGER, que se viene utilizando desde 1973. Es muy eficaz en ese sentido. Pero... ¿Y si le disparan catorce? Esa es la cuestión. En el Líbano los lanzaron sin un objetivo en mente y contra un enemigo, Hezbolá, que llevaba años preparando esa batalla. Lo que no se puede negar es que funcionó en un sentido: casi todas las tripulaciones sobrevivieron. Ahí sí cumplió de forma sobrada las expectativas. Pero no sirvió para ganar, porque los israelíes no tenían claro cómo ganar.

–¿Es el Merkava el único carro que protege de esta forma a la tripulación?

Esa es la esencia de los carros de esa generación. Los Leopard, los M1 Abrams. Los países actuales pueden ubicar un tanque sobre el campo de batalla sin problema, pero entrenar a la tripulación requiere mucho más tiempo. Como Israel cuenta con una masa de población muy pequeña, hizo especial hincapié en la seguridad de sus tanquistas cuando diseñó el vehículo.

–Una de las características del Merkava es el grupomotor...

Lo tiene delante. Si recibe un impacto queda hecho fosfatina, pero la clave es que el motor no deja de ser un bloque de varias toneladas de peso que evita que el proyectil cause estragos en los tripulantes. Estos no tienen más que abril la puerta de detrás –es el único carro que cuenta con ella– y escapar.

–¿Deberíamos copiar los europeos este diseño?

Lo que tenemos que preguntarnos son dos cosas: para qué y por qué. Los últimos diseños, la cuarta generación, plantean algo diferente. El 'Pantera negra' coreano busca integrar el vehículo en una red digital que es todo el campo de batalla. La idea es que esté conectado en todo momento con la artillería, los drones, la infantería... Que fluya información sin cesar. Hasta que no se pruebe en combate no se podrá saber qué tal funcional, pero la apariencia inicial es fantástica. Creo que los siguientes diseños los veremos llegar desde Asia, y no desde Europa o Estados Unidos.

–¿Qué pasará si entran los Merkava en Gaza?

Perderán algunos, pero poco más. Van a arrasar un territorio que no puede recibir refuerzos y que no tiene capacidad de retirarse porque carecen de espacio. Veremos una carnicería que provocará que Hamás se vuelva a presentar como los únicos que defienden al pueblo palestino.

–¿A qué se pueden enfrentar los Merkava?

RPGS de hace cuarenta años, algunos misiles... El problema es que carecen de espacio para construir arsenales. Salvo que esto haya sido algo parecido a lo que planificó Hezbolá en 2006, y no creo, la realidad es que hay muy poco con lo que puedan hacer frente a los carros.