El misterio del Leclerc: ¿vencería el supertanque francés más rápido y letal a las bestias acorazadas de Putin?
A su favor cuenta con una movilidad envidiable y la capacidad de disparar en movimiento; a cambio, adolece de blindaje y su cañón no supera al de Rheinmetall
M1 Abrams, Leopard 2 o Merkava israelí: ¿cuál es el tanque más letal de la guerra moderna?
Leclerc francés, durante unas maniobras
La Segunda Guerra Mundial supuso un severo revés para la industria de los carros de combate galos. Los Char B1 y los Somua S-35, a pesar de ser más pesados y estar mejor armados que sus equivalentes germanos, fueron ... aplastados por la potencia de la 'Blitzkrieg' del general Heinz Guderian. Desde entonces, los franceses arrastran cierta lacra en lo que respecta al diseño de tanques, una que no les ha quitado ni sus revolucionarios diseños de posguerra. Cosas de los mitos. Por ello, cuando saltó a los medios la noticia de que, con total probabilidad, los acorazados Leclerc no serían enviados a Ucrania, volvió el runrún: ¿falta de calidad y escasez de potencia?, ¿quizá cierto desfase?
Ni una cosa, ni la otra. El Leclerc, aunque con sus carencias, se cuenta entre los carros de combate más punteros de Europa y del mundo. De hecho, las últimas noticias que se tienen en este sentido es que Francia baraja despachar varias unidades a Ucrania. Y si no lo hace, es por las reticencias del Gobierno galo; las mismas que tenían en un principio Estados Unidos y Alemania con sus Abrams M1 y sus Leopard 2, respectivamente. El pasado 22 de enero, el presidente Emmanuel Macron confirmó que la posibilidad era real, pero que su objetivo era evitar una escalada de violencia peligrosa: «Nuestra tarea es garantizar que las próximas generaciones de europeos puedan vivir en un continente en paz».
Nace la gacela
Vayamos paso a paso. La 'Armée de Terre' francesa define el Leclerc como «el primer carro de combate de tercera generación»; un vehículo que, más que un acorazado al uso, es «un innovador sistema de armas» con la capacidad de actualizarse según pasen los años. A su vez, esgrime que «es la herramienta de coacción del Ejército galo» frente a amenazas internacionales. Pero el camino hacia su diseño fue tortuoso. Arrancó en la década de los sesenta, cuando Francia se percató de que los nuevos prototipos del este estaban muy por delante de su ya vetusto AMX-30; un vehículo demasiado ligero y débilmente armado para la nueva era de la guerra acorazada que se barruntaba.
El enemigo a batir por parte de la Europa occidental era el T-64 ruso; hoy, todavía en activo y presente en la guerra de Ucrania. En la práctica, este blindado fue el que arrancó la era de los carros de combate de segunda generación en la vieja Unión Soviética. Contaba con un cargador automático que permitió reducir la tripulación de cuatro a tres soldados y estaba equipado con un blindaje compuesto revolucionario y sistemas de protección NBQ y de control de tiro. «La producción del T-64 como un arma de 115 milímetros comenzó en 1964», explica Óscar Corcoba Fernández en 'Tecnología militar'. El experto señala que, entre sus ventajas, se contaba su tamaño más reducido, lo que disminuía su silueta y su capacidad de ser alcanzado por el enemigo.
Para acabar con su supremacía, Francia planteó un nuevo diseño bajo una serie de máximas. Según afirman Mariette Ruiz de Erenchun y Fernando Albarracín en su ensayo sobre este blindado, el prototipo debía contar con sistemas automáticos de adquisición de objetivos y tener la capacidad de hacer fuego efectivo en movimiento. Desde el principio se planteó que el vehículo giraría alrededor de dos características esenciales: la velocidad y la movilidad. Aquellas de las que adolecían los tanques franceses en la Segunda Guerra Mundial y les llevaron a ser derrotados por los alemanes. Por último, y como le sucedió a los israelíes cuando plantearon su Merkava, el carro de combate debía poder enfrentarse a divisiones enemigas mucho más numerosas y salir victorioso. Casi nada.
Leclerc francés
No se puede negar que Francia intentó aprovechar diseños ya existentes. La 'Armée de Terre' hizo pruebas con los Merkava, los Abrams y los Leopard, pero concluyó que ninguno de ellos le convencía. Al final, apostó por un carro de combate nacional diseñado por la empresa GIAT –'Groupement des Industries de l'Armée de Terre'–, hoy rebautizada como NEXTER. El primer tanque fue presentado en 1990 y, apenas un año después, entró en servicio. El nombre que se le dio no podía ser más francés: Leclerc. El del general que, el 24 de agosto de 1944, fue el primero en entrar en París junto a su 2ª División Blindada de la Francia Libre.
Rápido y letal
Si bien el Leclerc no es tan móvil como sus predecesores, se basa todavía en esta máxima. NEXTER se enorgullece de ello y, en sus informes sobre el carro de combate, afirma que cuenta con una velocidad que puede llegar hasta los 72 kilómetros por hora en carretera y 55 campo a través, amén de una «incomparable relación entre tonelaje y potencia». Y es que pesa, en total, unas escasas 50 toneladas. A cambio, el Abrams norteamericano ronda las 60 toneladas y alcanza los 68 km/h en pista y los 48 km/h en otro tipo de terrenos. El Leopard 2, por último, pesa también 60 toneladas y no supera los 70 km/h en carretera.
A cambio, el Leclerc monta un cañón de ánima lisa NEXTER CN120-26 (F1) de 120 mm. y 52 calibres de longitud. En su momento fue uno de los mejores del planeta, aunque hoy es superado por el de 55 calibres desarrollado por Rheinmetall. Pero su victoria no radica en ese punto, sino en que, como bien explica el ejército de tierra galo en sus dossieres sobre este blindado, «es el único del mundo capaz de disparar en movimiento a un blanco fijo ubicado a más de 4.000 metros de distancia». Eso supera de forma holgada a sus competidores. Además, su munición puede ser sustituida por la de los Abrams y Leopards y, en breve, se espera que llegue una actualización que dará a su arma principal todavía más potencia.
Un tanque Leclerc francés y la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL) participan en las maniobras militares conjuntas entre UNIFIL y el Ejército libanés en Naqura, cerca de la frontera líbano-israelí
Como les pasa al resto de carros de combate, cuesta rastrear el grosor de su coraza; y es que empresas como Rheinmetall o la misma NEXTER son muy celosas en este sentido. Los expertos son partidarios de que no está a la altura de los Abrams y los Leopard en este sentido. Con todo, no se le puede negar que fue pionero en montar de forma exclusiva un blindaje modular; piezas de armadura que se instalan sobre el chasis y que pueden ser sustituidas por la tripulación después de que hayan sido dañadas. También fue el primero en incorporar contramedidas activas a través del sistema GIAT Galix; en la práctica, catorce tubos encargados de lanzar desde señuelos hasta bombas de humo.
A nivel menos técnico, el Leclerc cuenta también con un diseño mucho más compacto y reducido que sus competidores. Lo que, en la práctica, se traduce en que es más difícil impactarle. Todo ello se completa con un sistema de extinción y supresión de incendios automático y una inmensa retahíla de dispositivos similares a los de los Abrams y los Leopard. Por último, NEXTER defiende que el suyo es un carro de combate digitalizado hasta el extremo. Las cifras les secundan: un total de quince ordenadores integran todos los sistemas del blindado, ofrecen datos varios a los tanquistas y permiten coordinar los ataques. Su última ventaja es la gran capacidad que tiene para ser mejorado, pues fue ideado como una suerte de plataforma capaz de cambiar el blindaje y el armamento.
El analista e investigador histórico José Luis Hernández Garvi resume así para ABC las bondades y la historia de este carro de combate: «El Leclerc comparte una característica curiosa con los tanques rusos: cuenta con depósitos de combustible externos que se pueden acoplar para darle más autonomía. Además, es heredero de la tradición militar alemana. Tras la Segunda Guerra Mundial, los galos capturaron varios Panzer V –Pantera– y forjaron su industria sobre esta tecnología». Con todo, el experto añade que uno de sus problemas es que, aunque ha sido exportado a Emiratos Árabes, no ha entrado en combate. «En este sentido, está muy por detrás de los M1 Abrams, que han participado en los conflictos más destacados de Estados Unidos, y los Leopard», sentencia.
Oso ruso
A cambio, los tipos de tanques con los que Rusia dota a sus divisiones acorazadas se cuentan por decenas. Entre los más habituales se halla el T-72. De dimensiones similares a su predecesor, fue diseñado en los años setenta y destacó por ser compacto –una tendencia cada vez más marcada en la época–, contar con un cañón de ánima lisa de 125 milímetros –adaptado luego para disparar cohetes– y porque podía montar un blindaje compuesto o reactivo. Este último alberga una pequeña capa de explosivos entre las placas metálicas. Al ser golpeadas, explotan hacia fuera, neutralizando parte de la fuerza del proyectil.
Sobre el papel, este sistema reduce de forma drástica la eficacia de las armas anticarro unipersonales como los famosos RPG o los más modernos Javelin norteamericanos –más que famosos durante la primera parte de la guerra de Ucrania–. Aunque lo cierto es que sus orígenes se hallan en la ya muy pasada guerra de Afganistán.
El T-80 supuso la siguiente evolución natural. Y eso, a pesar de que generó controversia entre los altos cargos del Kremlin. La idea inicial era solucionar los problemas de mantenimiento que habían aflorado en los T-72; amén de otorgar más velocidad a los carros de combate. El resultado fue un carro de combate con un motor de turbina que le permitía alcanzar unos 70 kilómetros por hora. Los expertos confirman que era un vehículo bastante ligero y que podía calentarse a la velocidad del rayo, incluso en invierno. El cañón, eso sí, era similar al de su antecesor. Su debut en combate en la Primera Guerra Chechena fue pobre, cuasi irrisorio. Aunque se están desempeñando bien en Ucrania ante la escasez de versiones más modernas.
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La última parada en este viaje es el T-90, un desarrollo mejorado del T-72 y su millar de versiones. Fue diseñado en 1993 y, todavía hoy, está considerado como uno de los diez mejores carros de combate del mundo. Dispone de un blindaje compuesto complementado por bloques de armadura reactivos. Los primeros montaban una torreta fundida, aunque ahora son soldadas. Su mayor ventaja, sin embargo, era (y es) el sistema Shtora-1; este emite señales infrarrojas que bloquean la guía de los misiles antitanque enemigos y cuenta con receptores que lanzan granadas de humo cuando el blindado está fijado por un láser. Su arma principal es un cañón de ánima lisa 2A46M de 125 milímetros totalmente estabilizado. Digno, eficiente y probado en mil contiendas.
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