El desconocido albañil de Auschwitz que salvó la vida a Primo Levi: el gran secreto del Holocausto

Carlo Greppi publica la primera biografía de Lorenzo Perrone, citado en muchas de sus obras por el célebre escritor como el hombre que le socorrió en el campo de concentración, sin que nadie hasta ahora nadie le haya dedicado un libro

Carlos Sentis, el periodista de ABC que experimentó «la locura» de Dachau

Montaje con una de las pocas imágenes que existen de Lorenzo Perone, sobre otra de Primo Levi en Auschwitz

La mañana del 11 de abril de 1987, la portera subió a la casa de Primo Levi, en Turín, para entregarle el correo. El escritor abrió la puerta y, según contó el corresponsal de ABC, «estuvo amable, discreto y aparentemente sereno, como siempre». ... Al bajar, sin embargo, la portera oyó un ruido sordo en la planta baja. Sobresaltada, corrió a ver qué ocurría y, al llegar, vio el cuerpo de Levi, inmóvil, en el suelo. Ya no respiraba. «Ni un grito, ni un quejido, fue una muerte silenciosa e instantánea», añadía el periódico.

El célebre autor de 67 años acababa de saltar por el hueco de la escalera desde el tercer piso, poniendo punto y final a la vida del escritor que mejor retrató el horror nazi en la segunda mitad del siglo XX. A pesar del trágico final, se podría decir que tuvo «suerte» –él mismo utilizó esa palabra en numerosas ocasiones –, pues lo normal es que aquella extraña muerte, que aún despierta dudas entre sus familiares y amigos, se hubiera producido cuarenta años antes, en Auschwitz, donde Levi pasó diez meses recluido por su condición de judío.

Su supervivencia fue un milagro, que el mismo autor achaca a un humilde albañil italiano, pobre, casi analfabeto, alcohólico y desconocido que, durante esos mismos meses, estuvo trabajando en la construcción del muro que cercaba el campo de exterminio en el que fueron asesinados 1,2 millones de personas. Su nombre era Lorenzo Perone, cuya primera biografía acaba de escribir el historiador italiano Carlo Greppi: 'El hombre que salvó a Primo Levi'. En España ha sido publicada por la editorial Crítica, después de que en su país natal haya agotado seis ediciones en apenas cinco meses.

«Su importancia es tremenda. Si Lorezo Perroni no hubiera salvado a Primo Levi, con las sopas aguadas que le proporcionó todos los días y que se quitaba de la ración que le correspondía como trabajador y con la que compensaba la desnutrición del prisionero, el mundo no lo habría conocido. Y estamos hablando del testigo más importante del Holocauto. A diferencia de otros salvadores como Oskar Schindler y Giorgio Perlasca, uno de los aspectos más impresionantes de Lorenzo es que socorrió a Levi y puso en riesgo su vida en el mismo Auschwitz, viendo el horror con sus propios ojos día tras días. No hay casi civiles que dispensaran esta ayuda tan radical tan cerca del infierno», explica Greppi a ABC.

Perrone, en la obra de Levi

Levi lo reconoció en su obra cumbre, 'Si esto es un hombre', publicada solo dos años después de que Auschwitz fuera liberado por el Ejército soviético y que finalizara la Segunda Guerra Mundial: «La causa por la que mi vida, entre millares de otras equivalentes, ha podido resistir la prueba es Lorenzo, a quien debo estar hoy vivo. No tanto por su ayuda material como por haberme recordado constantemente, con su presencia [en el muro de Auschwitz], con su manera tan llana y fácil de ser bueno, que todavía había un mundo justo fuera del nuestro, algo o alguien todavía puro y entero, no corrompido ni salvaje, ajeno al odio y al miedo. Algo difícilmente definible, una remota posibilidad de bondad, debido a la cual merecía la pena salvarse».

'El hombre que salvó a Primo Levi'

  • Autor: Carlo Greppi
  • Editorial: Crítica
  • Páginas: 400
  • Precio: 20,90 euros

Levi tuvo presente a Perrone durante toda su vida. Además de la citada obra, lo mencionó en 'La Tregua' (1963), 'Lilit y otros relatos' (1971) y 'Los hundidos y los salvados' (1986), aunque jamás incluyera su apellido en los libros. También habló de él en las conversaciones que mantuvo con su amigo el escritor Ferdinando Camon –reeditadas en enero, tras décadas desaparecidas, con el título de 'Si existe Auschwitz, no puede existir Dios' (Altamarea)– un año antes de morir. Dijo: «Salir vivo de Auschwitz no es una cuestión de fuerzas, sino de suerte. No puedes derrotar a un campo de concentración con tus propias fuerzas. Tuve suerte por ser químico, por haber conocido dentro a un albañil que me dio de comer…».

De hecho, Primo Levi bautizó a sus propios hijos como Lorenza y Renzo, en honor a su salvador, al hombre que desinteresadamente le alimentó durante aquellos días en los que sus compañeros eran torturados, enviados a la cámara de gas, ejecutados con disparos en la nuca o reventados a trabajar mientras morían de hambre. El mismo que le daba conversación, a escondidas, y le hacía sentir todavía como un ser humano y no como un animal camino del matadero. Incluso le ayudó a redactar una carta que envió a su familia y luego le trajo la respuesta de vuelta. Según cuenta Greppi en la biografía, un día Levi le advirtió: «Mira, te estás arriesgando al hablar conmigo». Y Perrone respondió: «No me importa».

Los zapatos de piel

La única compensación que aceptó el futuro escritor, si es que puede llamarse así, fue la reparación de sus zapatos de piel, destrozados por el duro trabajo al que estaba sometido. Perrone se los llevó puestos a los zapateros de Monowitz y, durante cuatro días, Levi caminó con los zuecos de madera que solía llevar el prisionero número 174.517, hasta que volvieron a intercambiarse el calzado. No quiso nada más, en un gesto que puede interpretarse también, como una bonita metáfora, la de ponerse en la piel del otro que sufría el castigo de los nazis.

«Lorenzo era un hombre taciturno y silencioso, de pocas palabras, pero muy dulce –revela Greppi–. Este rasgo no está presente en la obra de Levi y es muy importante, sobre todo en el contexto histórico que le tocó vivir. Y aunque no se conoce ningún documento que acredite su lucha contra el fascismo en su localidad del Piamonte, Fossano, siempre sintió una fuerte intolerancia contra el abuso de poder, y no existía un poder más avasallador y destructivo que el fascista. Por eso cuando se encontró frente al corazón del mal, en Auschwitz, se remangó e hizo todo lo posible para enfrentarse a ese poder. Fue su manera de participar en la lucha».

Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, la amistad de ambos continuó. «De hecho, creo que esta biografía es, en realidad, una historia de amistad preciosa entre dos hombres que pertenecían a una estrato social y cultural completamente diferente, pero que encontraron esa fuerte conexión en medio de aquel horror», aclara el autor. Levi, de hecho, viajó en varias ocasiones a Fossano para visitar a Perrone tras la liberación de Auschwitz. Incluso le llevó el primer borrador de 'Si esto es un hombre' dedicado. «No estaba convencido de que fuera a publicarse. Hice cuatro o cinco copias y se las di a mi novia y a mis amigos. Mi escritura era una forma de contárselo a ellos. La intención de dejar un testimonio publicado vino después, la primera necesidad era solo liberarme, algo terapéutico», reconoció a Camon en 1986.

En uno de aquellos viajes, cuando vio que el alcoholismo de Lorenzo era cada vez más acusado, intentó ayudarle a dejar la bebida, pero no lo consiguió. «Lorenzo no logró salir de esa espiral depresiva que le generó su experiencia en Auschwitz y, prácticamente, se dejó morir lentamente desde 1945 hasta 1952. El caso de Primo Levi es diferente, porque tuvo cuarenta años más de vida en los que pudo ser padre, ejercer como químico y convertirse en un escritor de éxito mundial gracias al albañil. Y sé que hay muchos casos de suicidio relacionados con la estancia en Auschwitz, de los cuales Levi menciona más de una decena de conocidos suyos en sus libros, pero el recorrido de ellos dos en ese sentido fue muy distinto», concluye el biografo.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios