El concepto que usas a diario y que se forjó gracias al Imperio español
Alessandro Vanoli sostiene que la idea de Occidente nació con el Tratado de Tordesillas, y de la mano de la Monarquía hispánica
Los tres secretos del Imperio español para dominar los mares que envidiaba toda Europa
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Iniciar sesiónNo busquen más, porque Alessandro Vanoli es el arquetipo de italiano dicharachero, expresivo y extrovertido. Durante una hora completa de entrevista, el doctor en Historia Social Europea por la Universidad de Bolonia no deja de abrir los brazos y gesticular de forma acerada cuando ... busca acentuar una idea o recalcar un concepto. Lo hace desde la Fundación Ramón Areces, y con la idea de explicar, de una vez por todas –que ya tocaba–, el nacimiento, la mayoría de edad y la adultez de un concepto a caballo entre lo geográfico y lo económico: Occidente. Y lo hace aupado en el que es su último ensayo: 'La invención de Occidente' (Ático de los libros). Una obra en la que, por cierto, mantiene que el germen de esta idea se plantó en el Tratado de Tordesillas, y gracias, nada menos, que a la Monarquía hispánica. Y eso, viniendo de un italiano, es mucho decir.
–La pregunta obligada... ¿Qué es Occidente?
Si empezamos por el hoy, lo que vemos hoy y percibimos hoy, Occidente es un dibujo bastante complejo cuya formación requeriría de una gran cantidad de preguntas previas. Y una de ellas sería si debemos añadir en él a Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Israel desde el punto de vista geográfico. La siguiente sería si incluimos a Japón y Corea del Sur desde la perspectiva económica. Al final, el resultado es un mapa muy complejo, pero también muy débil. La cuestión que planteas no es fácil, y requiere de un debate amplio y meditado.
–¿Es Israel parte de Occidente?
Es un país muy moderno y occidentalizado que, además de estar en territorio árabe, es apoyado por Estados Unidos. Con todo, es también un país que nos obliga a revisar el concepto que tenemos de Occidente y entender cómo se ha forjado esta idea. Si hablamos de tecnología y economía, podría formar parte de Occidente en la actualidad, como muchos territorios, pero no pasa lo mismo cuando señalamos rasgos como los derechos humanos. Estas ideas son las que analizo en mi ensayo.
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–Empecemos por el principio... Habla de cómo veía la comunidad musulmana el concepto de Occidente.
Para ellos, al menos en principio, no era más que una dirección, un punto cardinal: 'maghreb', el lugar por donde se pone el sol, el espacio que está al oeste. Es lógico, en la Edad Media no existía la idea de Occidente que tenemos hoy.
–¿Cuándo nació el concepto?
Con el Tratado de Tordesillas. Aunque no lo explica todo, es un buen punto de partida para ver cómo arrancó este cambio. Se firmó dos años después del comienzo de la conquista en el Nuevo Mundo y, en él, se dividieron las rutas de comercio marítimas entre España y Portugal. En la práctica, se dibujó una raya en mitad del Atlántico. Lo que quedó a un lado, que pertenecía a los españoles, fue llamado Occidente; y el resto del territorio, asignado a los lusos, Oriente. Este fue el inicio de todo, y se ve de manera física en los mapas. A partir de entonces se utilizaron conceptos como 'océano occidental', que sustituyó al de 'mar-océano', como lo nombraba el mismo Cristóbal Colón. En Tordesillas se produjo un cambio de perspectiva, y con él arranco la historia de Occidente, que empezó a ser un espacio real y palpable.
–¿Fue importante el Imperio español en la forja del concepto?
Clave, porque Portugal iba un poco a remolque. Pero no fue solo Tordesillas; ocurrió otro tanto en la circunnavegación por parte de Magallanes y Elcano en 1519. Ahí fue cuando se empezó a reflexionar sobre la redondez de la Tierra y se planteó el debate sobre la propiedad de las Molucas. La discusión derivó en una serie de reflexiones jurídicas que definirán, todavía mejor si cabe, la idea de que había una parte occidental del mundo, y otra oriental.
–Nos quedamos más tranquilos al saber la importancia de la Monarquía hispánica en la forja de Occidente...
¡Claro, puedes estarlo! [Ríe] Es real: lo que llegó después de Tordesillas y de la circunnavegación fue una percepción diferente del mundo; una percepción que empezó a verse en los mapas y que se llamó Occidente. ¡Y ese espacio nuevo estaba en posesión de España! Desde aquel momento arrancó también una construcción del espacio y de la identidad política del mismo por parte de la Monarquía hispánica.
–En su libro, atribuye a los ingleses cierta importancia en la forja definitiva del concepto...
El suyo fue un papel positivo, desde luego. A finales del siglo XIX la idea de un Occidente imperialista inglés se enfrentó a la de un Oriente colonial. El concepto que utilizamos hoy se forjó, en gran medida, entonces, y fue como 'west civilization'. La clave es que era una definición atada al contexto diplomático anglosajón del período. Además, fueron los mismos años en los que los británicos dividieron el mundo oriental en tres partes: cercano, medio y extremo.
La invención de Occidente
- Editorial Ático de los libros
- Páginas 304
- Precio 26,95 €
- Publicado en 17/03/2025
–¿No ayudó Estados Unidos a crear esta idea?
También fue importante, porque, a principios del siglo XX, fueron los que heredaron el imperio inglés. En 1919, la 'Columbia University' constituyó por primera vez una cátedra de Historia Occidental; fue algo pionero. Algún tiempo después, en 1949, tras la Segunda Guerra Mundial, el Congreso de Historiadores Americanos corroboró que la idea de Occidente que partía desde América era la correcta. Al final, lo que los políticos, diplomáticos e intelectuales americanos empezaron a percibir era que ese concepto implicaba posesión del espacio y del terreno, porque también se refería a sus territorios coloniales.
–Algunos autores sostienen que la civilización occidental nació de la relación entre civilizaciones mediterráneas...
Estoy de acuerdo, pero yo he trabajado sobre la invención del concepto. No es lo mismo. La civilización occidental es el producto de una mezcla muy compleja y las relaciones entre pueblos. En ella, las palabras Oriente y Occidente no tienen ningún sentido. Se creó a base de la interrelación entre redes comerciales, culturales, sociales, políticas...
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–¿Hacia dónde va Occidente?
¡No lo sé! Pero podemos hacer un poco de política ficción... Creo que la palabra mantendrá su éxito, pero cambiará de sentido en las próximas décadas. Aunque desconozco cuál será la nueva idea. Occidente siempre se ha asociado a imperio, y ahora hay muchos imperios. El chino, el ruso, el indio... Aunque sean más o menos débiles, son reales. Europa, a cambio, tiene dificultades en varios sentidos, como el económico. La realidad es que no hay un centro mundial, un Occidente. Además, ha evolucionado hasta lo peyorativo en regiones de Oriente Medio o en la misma Rusia. La idea se seguirá utilizando, pero es imposible saber cómo.
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