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«Hermanos de clase, hermanos de armas», la consigna comunista del Pacto de Varsovia

La alianza de estados socialistas del este de Europa nació como respuesta a la entrada de Alemania occidental en la OTAN

La «Orden 227» establecía que todo aquel que se retirase sería considerado como un traidor ARCHIVO ABC

JOSÉ LUIS ESPINOSA

Acabada la Segunda Guerra Mundial , con media Europa destrozada y la URSS inmersa en un proceso de reconstrucción y reindustrialización que le permitiera mantener su condición de potencia a nivel mundial, EE.UU. inició una política exterior —focalizada en la contención del comunismo soviético— que desencadenó la división del mundo en dos bloques: periodo histórico conocido como la Guerra Fría. En este contexto, tuvieron un papel determinante las dos grandes alianzas internacionales que surgieron como organizaciones que garantizasen la seguridad de sus estados miembro: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia , las constructoras del «telón de acero» .

En los primeros años de posguerra, EE.UU. desarrolló una estrategia de «colonización económica y política» de Europa establecida bajos las premisas de la Doctrina Truman y el Plan Marshall . Así, se implicó activamente en la reconstrucción del continente mediante la concesión de préstamos a los países destrozados por la Alemania Nazi. En este sentido, dada la creciente influencia norteamericana en el espectro político-económico y ante el temor de que la URSS quedase aislada en Europa, Josef Stalin reaccionó resucitando el internacionalismo marxista de la «Komiterm», y, en septiembre de 1947, creó la «Kominform» (Oficina de información Comunista) , un órgano propagandístico comunista nacido para reforzar la zona de influencia soviética en el este del continente.

El ascenso al poder de los comunistas de Checoslovaquia con el «golpe de Praga» en febrero de 1948, y la consiguiente incorporación del país al grupo de satélites soviéticos , propició la firma del Pacto de Bruselas el 17 de marzo de ese mismo año. Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, suscribieron este primer tratado de ayuda mutua contra cualquier política de agresión. El acuerdo contó con el beneplácito del presidente estadounidense, Harry Truman , que ese mismo día pronunció en el Congreso de EE.UU. las palabras que a la postre cristalizarían en la formación de la OTAN: «Estoy convencido de que la resolución de las naciones libres de Europa de protegerse a sí misma será acompañada de una resolución, por vuestra parte, de ayudarles a hacerlo».

Este discurso fue el germen sobre el que se cimentó la creación de la OTAN. El 4 de junio el Senado norteamericano aprobó la resolución Vandenberg , que autorizaba al presidente a establecer alianzas militares en tiempo de paz. Poco menos de un año después, el 4 de abril de 1949, se firmó en Washington el tratado de la Alianza del Atlántico Norte . Los ministros de exteriores de EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Noruega, Dinamarca, Islandia, Portugal e Italia, suscribieron los 14 artículos en los que se sustenta el texto fundacional de la OTAN y que entró en vigor el 24 de agosto.

Una vez que EE.UU. constituyó su bloque de aliados militares en Europa occidental, quedaba esperar la respuesta de la URSS. Seis años después de la creación de la OTAN, el 14 de mayo de 1955, se firmó el Pacto de Varsovia . Los Gobiernos comunistas del este de Europa, reunidos en la capital polaca entre los días 11 y 13 de mayo, firmaron este tratado de «amistad, cooperación y asistencia mutua» que significaría una alianza político-militar con la que la URSS se garantizaba el control, casi total, de las demás partes contratantes: Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania y la República Democrática de Alemania.

Pero, ¿por qué pasaron seis años desde la formación de la OTAN a la del pacto de Varsovia? La respuesta es sencilla: el 9 de mayo de 1955 se produjo la entrada en la alianza noratlántica de la Republica Federal de Alemania (RFA). Aunque en un primer momento Francia se negó a la entrada de la RFA en la OTAN , por sus reticencias a la existencia de una Alemania remilitarizada, la condición final de que esta no pudiera desarrollar armamento atómico (acuerdos de París, del 23 de octubre de 1954), unida al compromiso británico de mantener su contingente militar continental, posibilitó la entrada de la RFA en la alianza y desencadenó la firma del Pacto de Varsovia.

En un contexto dominado por la tensión nuclear existente entre EE.UU. y la Unión Soviética , el hecho de que la RFA formase parte del elenco de aliados estadounidenses permitía al Ejecutivo presidido por Dwight D. Eisenhower instalar bases militares en los aledaños del «telón de acero», la «frontera» que protegía a las democracias occidentales de los males del comunismo. Así, con la firma del Pacto de Varsovia, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), presidido por Nikita Jruschov , consiguió hacer una demostración de la capacidad de reacción de los gobiernos comunistas. Además, la presencia del «Ejército Rojo» en los otros estados miembros, y el control del mando militar de la URSS entre las tropas del Pacto de Varsovia, garantizaba un corredor de seguridad para los soviéticos en caso de un conflicto armado entre ambos bloques en suelo europeo.

Pero, más allá de los intereses militares, lo que conseguía garantizarse la URSS con la firma del Pacto de Varsovia era la supervivencia del socialismo como sistema de gobierno en su zona de influencia más directa. Esto queda patente en el artículo número 4 del texto ratificado en la capital polaca, que estipula que: «En caso de agresión armada en Europa contra uno o varios de los Estados signatarios del tratado {…} cada Estado signatario, ejerciendo su derecho a la autodefensa individual o colectiva conforme al artículo 51 de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas acordará {…} una asistencia inmediata».

El término de agresión armada , incluido en este artículo, es el que justificó la intervención militar de la URSS en Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968) para aplastar los movimientos revolucionarios que surgieron en sus dos socios. A pesar de que el Pacto de Varsovia proclama en su artículo 8 «el respeto mutuo de su independencia y de su soberanía, así como de la no injerencia» en los asuntos interiores de los estados miembros, el ejército soviético intervino en ambos casos explicando que se trataba de una agresión armada, motivada por potencias extranjeras, contra los regímenes comunistas .

La posición hegemónica de la URSS entre los miembros no sólo se manifiesta con estas intervenciones y su superioridad económica; también lo hace con el control militar de las instituciones militares del Pacto de Varsovia. En este sentido, los puestos claves en el mando militar de la alianza, el comandante en jefe y el jefe del estado mayor, siempre estuvieron desempeñadas por mariscales soviéticos desde la creación de la misma.

Así, el Pacto de Varsovia fue un instrumento político-militar creado por la URSS para perfeccionar la organización de su zona de influencia en el este de Europa. El resto de miembros contaban con el respaldo militar del «Ejército rojo» en caso de amenaza exterior, y la Unión Soviética se garantizaba el control de los gobiernos comunistas del este de Europa y la supervivencia del socialismo bajo la consigna «Hermanos de clase, hermanos de armas».

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