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Amigos apasionados

Dos cosas ha evidenciado la abstención en las elecciones venezolanas. La primera es la falta de apoyo popular al régimen de Chávez; y la segunda, que el mecanismo material que permite el ejercicio del voto en Venezuela es radicalmente fraudulento. Sorprende que un país con un desarrollo tecnológico escaso fuera el primero del mundo en informatizar totalmente el voto. A mi juicio, el mejor sistema es la papeleta de voto y el recuento posterior de todas las depositadas en las urnas.

El sistema aplicado en Venezuela convierte la elección en un gran fraude porque elimina el secreto del voto. Y ello no sólo invalida cualquier proceso electoral, sino que además permite introducir centenares de miles de votos «virtuales» que favorezcan al Gobierno. La no presentación de la mayoría de partidos a las elecciones ha permitido ver con claridad hasta qué punto el plebiscito para la revocación de Chávez fue un gigantesco fraude electoral con la «aparición» de más de un millón de votos electrónicos que convirtieron «por arte de magia» su derrota en victoria.

La alianza con el dictador cubano, Fidel Castro, la importación de modelos de control y penetración social de la revolución cubana y su populismo sonrojante convierten a él y a su régimen en algo extremadamente peligroso. España sigue una política impresentable de apoyo a un dictador que estafa a sus ciudadanos haciendo trampas en las urnas. Zapatero debe dar cuentas de esa amistad apasionada con este ex golpista caribeño en su más que nefasta política exterior.

Luis López González. Sevilla.

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