Qué hacer si te has pasado con la sal en una receta y no quieres tirarla

Tomar sal en exceso puede tener efectos negativos para la salud. La sal es esencial para el funcionamiento del cuerpo, pero en cantidades moderadas . No podemos prescindir de ella, por ejemplo, para marinar el salmón . Utilizar sal incluso es un truco para que no salte el aceite al freír huevos .

Pero a la hora de crear platos, como hemos dicho, más vale no pasarse con ella. Así que, si te has pasado con la sal en una receta y no quieres tirarla, toma nota de estos trucos para enmendar el fallo.

Si has añadido demasiada sal a un guiso o sopa, hay varias formas de corregirlo. Una solución simple es añadir más líquido , como agua, caldo sin sal o leche, según el tipo de plato que estés preparando. Esto diluirá la concentración de sal. Recuerda ajustar también los otros condimentos para mantener el equilibrio de sabores.

Otra opción es añadir ingredientes sin sal que puedan absorber parte del exceso. Por ejemplo, puedes añadir más verduras, patatas, arroz o pasta. Las patatas son especialmente eficaces, ya que absorben bien la sal . Simplemente pela y corta una o dos patatas, añádelas al guiso o sopa y cocínalas durante unos 10-15 minutos. Luego retíralas antes de servir.

Los ingredientes ácidos también pueden ayudar a contrarrestar el sabor salado. Prueba añadiendo un poco de zumo de limón, vinagre o tomates frescos o en puré.

Es importante salar los alimentos en el momento justo . Pero, si has salado demasiado la carne o el pescado, hay varias formas de remediarlo.

En el caso de que te des cuenta inmediatamente después de añadir la sal, puedes enjuagar la carne o el pescado bajo el grifo para eliminar el exceso. Luego, sécalos bien con papel absorbente antes de cocinarlos.

Pero si ya has cocinado la carne o el pescado y está demasiado salado, puedes servir estos alimentos con guarniciones sin sal . Unas verduras al vapor, arroz o puré de patatas pueden ser buena opción.

Para salsas y aderezos muy salados también hay soluciones. Añade más líquido sin sal , como agua, nata o leche de coco, según la salsa.

Un poco de azúcar, miel o sirope de arce también pueden ayudar a contrarrestar el exceso de sal. Añade una pequeña cantidad y prueba hasta alcanzar el equilibrio deseado.

Por último, ingredientes como yogur, crema agria o mantequilla pueden suavizar una salsa demasiado salada. Además de equilibrar el sabor, añadirán una textura rica y cremosa.

Así que, ya sabes, pasarse con la sal no significa que tengas que tirar tu comida. Con estos trucos y consejos, puedes salvar tu plato y seguir disfrutándolo.