Ni a la plancha ni hervido: todas las formas de comer salmón durante un mes sin repetir
El salmón es uno de los pescados más versátiles y saludables que podemos incluir en nuestra dieta. Es rico en omega-3, proteínas de alta calidad y vitaminas esenciales, así que su consumo regular aporta grandes beneficios para la salud. Sin embargo, si siempre lo preparas a la plancha o hervido, es fácil caer en la monotonía y terminar aburriéndote de él.
Los expertos en nutrición recomiendan consumir pescado azul al menos dos veces por semana, y el salmón es una de las mejores opciones dentro de esta categoría. Su aporte nutricional lo hace un alimento ideal para mantener una dieta equilibrada. Aunque también lo puedes combinar con otros pescados azules como el atún o la caballa.
Pero si lo que realmente te gusta es el salmón, no renuncies a este exquisito alimento por falta de variedad. Aquí te proponemos 9 recetas con salmón diferentes que te permitirán disfrutar de este pescado sin repetir plato durante un mes.
Con dos preparaciones por semana y una receta extra para ampliar tus opciones y que puedas respetar tus gustos, descubrirás diferentes formas de cocinarlo que te sorprenderán. Desde propuestas frescas y ligeras hasta opciones más contundentes y saciantes, este repertorio demuestra que el salmón puede adaptarse a cualquier estilo de cocina.
Si estás buscando maneras creativas de incorporar este pescado a tu dieta sin caer en la rutina, aquí tienes una selección de recetas que harán que comer salmón siga siendo un placer. ¡Toma nota y prepárate para disfrutarlo como nunca antes!
Rallamos la piel del medio limón. En un cazo, fundimos al fuego una cucharada de mantequilla. Le agregamos esta ralladura, la mostaza, una cucharada de miel y el eneldo al gusto. Mezclamos y dejamos que se temple. Cuando esté templada, untamos con ella el salmón, cortado en filetes o en trozos. Dejamos en la nevera un par de horas. Retiramos y salpimentamos al gusto. Lo colocamos ahora en una bandeja de horno y vertemos un buen chorro de vino blanco. Tapamos con papel de aluminio. Horneamos a 200 grados unos 15 minutos y ¡listo!
En una cazuela, ponemos la mantequilla con un poco de aceite y la cebolla picada muy finita. Añadimos después los espárragos troceados. Una vez rehogados, añadimos la nata, salpimentamos y cocinamos todo. Cuando esté listo, ponemos esta bechamel con espárragos sobre las placas de pasta junto con el salmón. Cubrimos con otra placa, rallamos queso por encima e introducimos en el horno durante unos veinte minutos hasta que se gratine. Servimos caliente.
Limpia el salmón y córtalo en daditos pequeños y alíñalos en un bol con aceite de oliva, un chorreón de zumo de lima, cebollino picado, sal y pimienta negra. Para montar el tartar nos serviremos de un «timbal». Coloca una base de guacamole. Sobre éste disponemos una capa de daditos de salmón aliñados y, por último, coloca unas huevas de salmón coronando el tartar. Retira el molde y decora con unas hojas de rúcula.
Corta el salmón en 8 dados de igual tamaño. Las lonchas de bacon las enrollaremos sobre sí mismas, de manera que obtengamos unos rollitos. Ensarta en cada brocheta un par de dados de salmón, dos langostinos pelados y dos rollitos de bacon ahumado, intercalando estos ingredientes al gusto. Ya sólo nos queda salpimentar las brochetas y cocinarlas por ambas caras en una plancha o sartén antiadherente con unas gotas de aceite de oliva. Una vez doradas las brochetas, las retiramos del fuego y emplatamos con unas lechugas y unos tomatitos cherry cortados por la mitad.
Prepara una bechamel. Incorpora el salmón cortado en daditos, pon la masa a punto de sal y extiéndela en una bandeja previamente engrasada con aceite de oliva. Deja reposar en frío. Cuando la masa se haya enfriado, forma las croquetas con las manos, pásalas por harina, huevo batido y pan rallado (en ese mismo orden). Ya sólo nos queda freír las croquetas en abundante aceite caliente. Una vez doradas, escúrrelas y deposítalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Ponemos a calentar el aceite en una olla y colocamos en ella los dientes de ajo sin pelar y enteros, el laurel y la pimienta al gusto. Cuando llegue a ebullición, añadimos las zanahorias peladas y partidas, la cebolla, también pelada y partida, el tomate y los pimientos. Mantenemos unos 5 minutos. Vertemos el vinagre y dejamos unos minutos más a fuego lento. Salpimentamos el salmón al gusto y lo introducimos en la olla. Dejamos que se haga un poco por cada lado. Mantenemos otros 5 minutos. Dejamos reposar y ya se puede servir.
Lavamos el arroz y lo cocemos. Dejamos que repose. Congelamos el salmón un par de días antes de preparar el sushi y luego, lo descongelamos. Limpiamos bien el pescado y lo cortamos en trozos muy pequeños. En un recipiente vertemos una taza de vinagre de arroz y le sumamos una cucharada pequeña de sal y dos de azúcar. Disolvemos bien y aliñamos el arroz con esta mezcla. Mezclamos con las manos. Extendemos las algas sobre un mantel de bambú. Cubrimos con una fina capa de arroz. Vamos colocando las tiras de salmón y enrollamos las algas con ayuda del bambú. Cortamos en cilindros pequeños y ¡listo!
Limpiamos el salmón de piel y espinas, lo cortamos en dados y salpimentamos al gusto. Hacemos un caldo con las espinas y la piel del pescado. Ahora, preparamos un sofrito en una cazuela con la otra cebolla, el pimiento verde y dos dientes de ajo, todo ello bien picado. Cuando todo haya pochado, añadimos las patatas peladas y troceadas. Rehoga el conjunto durante un par de minutos. Agregamos el vino blanco, subimos el fuego y dejamos evaporar el alcohol. Entonces, cubre las patatas con el caldo elaborado antes y deja cocer a fuego suave hasta que las patatas estén tiernas. Retira del fuego y añade los dados de salmón. Deja reposar el guiso unos minutos antes de servir.
Comenzamos triturando el salmón en la picadora (que no quede demasiado deshecho). Le añadimos la cebolla picada fina (tres cucharaditas), sal, el jamón en taquitos y la nata líquida. Le damos la forma de la hamburguesa. En una sartén con un poco de aceite de oliva salteamos las hamburguesas por ambos lados hasta que se hagan bien. Colocamos en el plato y ¡a comer!
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