La infusión fría que me tomo cada tarde para eliminar la pesadez y la hinchazón abdominal

Tomada cada tarde, bien fresquita y con hielo, esta bebida no solo ayuda a mejorar la digestión, sino que además aporta un alivio inmediato a esa sensación de vientre inflamado. Y lo mejor: es fácil de preparar, natural, sin azúcar ni cafeína, y puede formar parte de tu rutina diaria sin ningún efecto secundario.

Ambos ingredientes están repletos de propiedades digestivas. La menta contiene mentol, un compuesto que relaja los músculos del tracto digestivo, favorece el movimiento intestinal y alivia gases y cólicos. Por su parte, el jengibre estimula la producción de enzimas digestivas, mejora la motilidad intestinal y ayuda a evitar las náuseas, la acidez o la indigestión.

Juntos, forman un tándem potente para el sistema digestivo, que además resulta agradable al paladar y tremendamente refrescante si se sirve con hielo. Ideal para esas tardes en las que necesitas resetear tu cuerpo y sentirte más ligero.

Preparar esta infusión en casa es muy sencillo. Solo necesitas calentar agua hasta que rompa a hervir y, una vez retirada del fuego, añadir unas hojas de menta fresca junto con un par de rodajas finas de jengibre.

Se deja reposar la mezcla tapada durante unos minutos para que ambos ingredientes liberen sus propiedades. Después, se cuela, se deja enfriar a temperatura ambiente y se guarda en la nevera.

Cuando llega la tarde, basta con servirla con hielo y, si se desea, unas gotas de limón para darle un toque aún más refrescante. El resultado es una bebida natural, digestiva y perfecta para combatir la pesadez de forma saludable.

Tomarte esta infusión a media tarde puede convertirse en un ritual tan saludable como placentero. No solo mejora la digestión y evita la hinchazón abdominal, también te ayuda a mantenerte hidratado, favorece una microbiota sana y puede incluso ayudarte a dormir mejor si cenas temprano.

Y si buscas otras alternativas digestivas, puedes probar con una infusión de amapola, con efecto calmante y regulador del sueño, o la clásica manzanilla, que ayuda tanto al sistema digestivo como al nervioso.

Además de ser una bebida refrescante, esta infusión fría de menta y jengibre se ha convertido en un pequeño ritual que ayuda a desconectar del día y preparar el cuerpo para una tarde más ligera.

En verano, cuando el calor hace que retengamos más líquidos y nos sintamos más pesados, incorporar esta infusión a la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes por dentro... y por fuera.

¿Te animas a probarla esta tarde? Tu barriga (y tu tarde de verano) lo agradecerán.