De Adara a Laura Escanes: todas las influencers que apuestan por el ladrillo

Es decir, que le van a hacer un precio bien apañadito por hacerle la casa de sus sueños. Si es que ser influencer compensa, eso es así. Los nombres que más éxito tienen en redes sociales ya no se limitan a anunciar productos de cosmética, prendas de ropa o a contar las maravillas que hacen las clínicas de estética. Han ido un paso más allá y trabajan con empresas de construcción y reformas, a las que dan publicidad, posiblemente a cambio de una rebaja en el precio total o de una retribución económica.

Pero no es la única. Recientemente, os hemos hablado de la casa que se estaba haciendo Sofía Suescun , a la que además se acaba de mudar de forma urgente por los problemas que le estaban dando las orugas.

En su caso, ha ido compartiendo los avances de las obras, que empezaron de cero, porque solo compró el terreno. Y ha etiquetado a la constructora, la inmobliaria y la empresa de mudanzas . Negocio redondo.

Claro, María Pombo no cuenta mucho porque es su propio marido, Pablo Castellanos , el dueño de la constructora que se ha encargado tanto de la casa en la que vive ahora como de la que compró hace unos meses y a la que se mudará este año . Pero no pierde ocasión de etiquetarla y darle publicidad. Todo queda en casa.

Laura Escanes tampoco se libra. Cuando se trasladó a Madrid, realizó una pequeña reforma en la que desde entonces ha sido su casa en la capital. La empresa encargada del diseño de interiores también fue convenientemente etiquetada.

Y ya si entramos en el terreno de la decoración, el negocio es mucho más común. Solo en los últimos días hemos visto cómo les han decorado la casa a Anna Ferrer , que estrenaba piso hace poco, o a Omar Sánchez , que tuvo que redecorar todo el salón después de la mudanza de Anabel Pantoja.

Queda claro que ser influencer tiene pocos inconvenientes y muchas ventajas. También en el negocio inmobiliario.