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El cumpleaños de Christian de Dinamarca tuvo a su Cenicienta: una invitada se dejó un zapato

El servicio de limpieza del castillo de Christiansborg se encontró el calzado y empezó una búsqueda que ha dado sus frutos

Los 18 años del Príncipe Christian de Dinamarca

Tiaras y vestidos de gala para celebrar el 18º cumpleaños de Christian de Dinamarca

Christian de Dinamarca. Arriba, el zapato perdido ABC
David Sánchez de Castro

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El 18º cumpleaños de Christian de Dinamarca, hijo mayor de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, convirtió el castillo de Christiansborg en una reunión de lo más granado de la aristocracia europea. Una reunión de 'royals' que recordaba a un cuento de hadas en el que no faltó ni Cenicienta. Casi de manera literal.

Y es que los servicios de limpieza del recinto se encontraron una sorpresa cuando estaban recogiendo: una de las invitadas se había dejado un zapato, como en el cuento de Charles Perrault.

Desde las redes sociales de la Casa Real danesa se hicieron eco de lo sucedido, y empezó la búsqueda de la 'princesa' perdida. «¿Es Cenicienta la que olvidó su zapato anoche? Cuando los invitados ayer a la mesa de gala de Su Majestad la Reina se habían ido a casa, este solitario zapato de tacón fue dejado en el Castillo de Christiansborg. El propietario puede contactar para recuperarlo», escribieron en sus redes sociales.

La búsqueda de Cenicienta dio sus frutos y la aludida se ha pronunciado al respecto: fue todo un juego.

La televisión danesa empezó la búsqueda. El cumpleaños de Christian, segundo en la línea de sucesión a la corona por detrás de su padre, se convirtió en el sueño de todos los aficionados a los cuentos y la caza de la 'princesa' hizo que cada imagen y cada vídeo de la fiesta se escudriñase hasta encontrar a la dueña de la prenda perdida.

Y apareció. Se trata de Anne-Sofie Tornso Olesen, una de los 300 jóvenes de la misma quinta que el Príncipe elegidos por sorteo en todo el país para asistir a la recepción. Oriunda de Egedal, al norte del país, ella misma explicó que lo hizo intencionalmente, que no fue un descuido porque tenía prisa para llegar antes de la medianoche porque su carruaje se convertía en calabaza.

Simplemente, quería hacer el cuento de hadas real.

La pícara Cenicienta lo intentó dos veces

Anne-Sofie acudió a Christiansborg junto a una amiga. Ambas estaban fascinadas por asistir a semejante festejo, y entre risas empezaron a planificar el asunto del zapato.

«Todo el concepto del cumpleaños del Príncipe ha sido una especie de cuento de Cenicienta, así que me pregunté si debíamos hacerlo de cuento de verdad», confesó en una entrevista, una vez confirmada como la dueña del zapato.

Cuando ella y su amiga se decidieron, no lo dudaron. Justo al final de la fiesta, cuando se iban, Anne-Sofie se quitó el zapato dorado y lo dejó caer. Falló en su primer intento: uno de los miembros de personal del castillo se lo devolvió inmediatamente.

La joven no se quedó ahí y, a la segunda, lo logró. «Tenía que conseguirlo, así que cuando mi amiga y yo bajamos de Christiansborg por las escaleras, lo dejé caer rápidamente y me fui rápidamente para que nadie pudiera detenerme», confesó.

Una noche inolvidable para ella, para su amiga y también para la Familia Real danesa, que se vieron en medio de un cuento de Cenicienta casi sin esperarlo y en el que, gracias a las nuevas tecnologías, han podido ser partícipes en primera persona.

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