Britney Spears, desesperada: el último intento para recuperar a sus hijos

El aspecto de su vida que sigue sin estabilizar es la relación que mantiene con sus hijos, Jayden y Sean Preston Federline. La artista ha visto afectado el trato con sus vástagos desde que sus problemas de salud mental se vieron agravados. Además, los descendientes de la superestrella se sintieron incomodados cuando Spears comenzó a publicar instantáneas donde ella aparecía semidesnuda.

La estadounidense llevaría un año sin ponerse en contacto ellos. Sin embargo, ambos jóvenes están muy unidos a Kevin Federline, su padre. Él ex bailarín habría decidido mudarse a Hawái y por lo tanto, llevarse a los niños, ya que tiene la custodia completa. Para poder llevar a cabo este cambio de residencia, antes debía consultarlo con la intérprete de 'Circus'. Tras varias semanas de espera, Spears dio luz verde al plan de Federline.

Según confirmó el abogado de la empresaria, a 'PageSix', Britney habría intentado ponerse en contacto con sus hijos para poder despedirse de ellos, antes de que se fueran a su nuevo hogar, pero finalmente no se vieron en persona. Asimismo, el motivo de la repentina decisión de Federline recaería en el nuevo trabajo que su actual pareja habría encontrado alli.

Pero existen rumores de que la motivación es de ámbito legal. La actriz está obligada a pasar una pensión a Jayden y Sean hasta los 21 años de edad. Sin embargo, las leyes de Hawái permitirían que la manutención se mantuviese hasta los 23 años, siempre y cuando los vástagos continúen estudiando.

Los problemas de los jóvenes con su progenitora aumentaron cuando participaron en un documental de la productora 'Daphne Barak' sobre las luces y las sombras de la artista estadounidense. Ambos la acusaron de ser adicta a las drogas y reconocieron haber visto como le entregaban sustancias ilegales a su madre en su propia casa.

A su testimonio se suma el de su exmarido quien afirmó que «es aterrador. Es la madre de mis hijos. Cada vez que suena el teléfono, temo que haya noticias devastadoras. No quiero que los niños se despierten una mañana y descubran que su madre sufrió una sobredosis».