Antonio Banderas recuerda el polémico inicio de su romance con Melanie Griffith: «Los dos estábamos casados»

Aunque en un principio la separación fue muy difícil para ambos, actualmente parece que mantienen una relación cordial, especialmente por el bien de su hija. Incluso en varias ocasiones la intérprete ha hablado sobre cómo el divorcio le ayudó a superar sus problemas de salud y adicción.

También el inicio de su historia de amor fue muy complicada. Ambos tuvieron que soportar convertirse en una de las parejas más odiadas por la prensa cuando oficializaron su amor. El motivo: ambos estaban casados. El español con Ana Leza y la americana, que ya había pasado tres veces por el altar, con Don Johnson.

No les importó para casarse en 1996 tras superar las críticas porque Banderas era más joven y por el truculento pasado de Griffith. Pese a todo, el 24 de septiembre de 1996 nació Stella del Carmen, su primera hija en común. La pequeña se convirtió en la tercera hija de Griffith, que tenía otros dos hijos, Alexander y Dakota.

Ese pasado complicado de Melanie Griffith volvió a evidenciarse cuando recayó en su adicción. El alcohol y las drogas hizo más difícil la relación, pero la salida de ese infierno también sirvió para que la pareja se fortaleciera. Sobre todo cuando la actriz salía recuperada de las clínicas de desintoxicación, trámite que pasó en tres ocasiones: 1998, 2000 y 2009. Y así llegaron los momentos que todos recuerdan de la pareja. El famoso tatuaje que ella se hizo en su brazo derecho con un 'Antonio' escrito dentro de un corazón o los famosos viajes de ambos por España.

Una complicada historia de amor que Antonio Banderas ha recordado durante una entrevista concedida al programa de televisión 'That's Entertainment'. «Cuando nos conocimos, los dos estábamos casados, pero nuestros matrimonios no funcionaban» comenzó diciendo el actor. «Te encaprichas de la persona con la que estás trabajando, es casi normal; pero cuando acabas la película y te vas a casa, en un par de días lo olvidas y vuelves a tu vida normal. Pero en este caso no fue así. Fueron dos días, dos semanas, dos meses, el teléfono... Así que tuvimos que pasar a la acción y ser sinceros con nuestras vidas», añadió.