Las dos caras de la moneda: famosos que explotan a sus hijos y otros que los protegen

Esto mismo fue lo que hizo en 2017 la hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique , Andrea Janeiro . Descubrir la identidad de su rostro era algo que todos sabían que iba a ocurrir, por mucho que la joven no quisiera aprovechar el tirón y posar en exclusivas. Sin embargo, desde su mayoría de edad recibió un auténtico aluvión de desagradables críticas en redes sociales en redes sociales sobre su persona, hasta tal punto que incluso tuvo que intervenir la Policía pidiendo respeto por la adolescente y recordando las campañas que contra el «bullying». Tras esto, Andrea envió un comunicado emitido por sus abogados en los que pedía que se pusiese fin a «la vulneración de mis derechos al honor, la intimidad y a la propia imagen», pues trataba de «preservar mi intimidad en la medida de lo posible pese a mis específicas circunstancias familiares», en relación a sus padres.

Otras hijas de famosos españoles, como Alejandra Rubio (hija de Terelu Campos y por lo tanto nieta de María Teresa Campos ), Anita Matamoros (hija de Kiko Matamoros y Makoke ) o Anna Ferrer (hija de Paz Padilla ), atesoran cientos de miles de seguidores en las redes sociales aprovechando la fama de sus padres, e incluso Alejandra Rubio ha optado por dedicarse a las tertulias del corazón, al igual que su abuela, su madre y su tía Carmen Borrego .

Una decisión que cada una ha tomado libremente una vez han cumplido la mayoría de edad. El problema está cuando todavía son menores y son su padres quienes, de forma voluntaria, exponen orgullosos a sus retoños en sus perfiles de redes sociales, algunos tan asiduamente que han sido criticados por los usuarios. Una sobreexposición que se denomina «Sharenting» -un término creado por el diario estadounidense «The Wall Street Journal» en 2003 y que combina las palabras share (compartir) y parenting (crianza)-.

Algunos de los niños más famosos de Instagram son, por ejemplo, Blue Ivy (9 años), hija de los cantantes Beyoncé y Jay-Z . La pequeña llegó al mundo, rodeada de opulencia y ostentación, como buena heredera de sus padres. A su corta edad la niña acapara más flashes que sus padres , ya ha acudido a más fiestas de Hollywood y ha pisado más alfombras rojas que muchos lo harán a lo largo de toda su vida. También los hijos de las hermanas Kardashian . Todas ellas se ganan la vida mostrando a sus seguidores su día a día a través de sus perfiles en redes sociales y eso incluye a sus hijos.

Una sobreexopisición que ha llevado a los juzgados a más de un padre. Fue el caso de Elena Tablada , demandada por el padre de su hija, David Bisbal , para intentar evitar que pusiese imágenes de su hija en Instagram promocionando marcas. «Yo lo que le estoy diciendo es que ponga fotos de la niña siempre y cuando le tape la cara y que no la asocie a marcas comerciales, porque la única que saca beneficio es ella», dijo entonces el cantante.

Sin embargo hay otros famosos, que a pesar de presumir de hijos colgando imágenes suyas en internet, jamás muestran su rostro. Es el caso de Shakira y Piqué . Ellos, por ejemplo, comparten muchas fotografías con sus pequeños Milan y Sasha en las redes, pero no permiten que la prensa utilice su imagen. Al igual que Sara Carbonero con sus dos hijos, Martín y Lucas .

Alba Carrillo también publica imágenes de espaldas del pequeño Lucas , el hijo que tuvo con Fonsi Nieto . Algún matrimonio más internacional como el formado por Elsa Pataky y Chris Hemsworth , tampoco permiten que las redes vean el rostro de los mellizos Sasha y Tristan .

Otras parejas que siguieron en esta línea fueron Paula Echevarría y David Bustamante . El exmatrimonio nunca publicaba la cara de su hija en redes sociales hasta principios del año 2017, momento en el que la actriz y el cantante publicaron la primera foto de la pequeña - por petición suya -, dando a conocer al fin a sus seguidores el rostro de Daniella .