Invierno y constipados. Qué debemos y qué no debemos tomarnos

Si te resfrías, el resfriado es probable que dure entre una y dos semanas. Eso no significa que debas preocuparte. « Los resfriados suelen durar una media de 7 días o una semana , siendo variable la intensidad de los síntomas durante este tiempo», asegura María Sebastián Morelló. 

La hidratación es importante en el día a día, pero adquiere especial relevancia durante el resfriado: «A lo largo de este proceso se genera una gran cantidad de mucosidad y para su correcta eliminación es fundamental la hidratación de la misma. El moco bien hidratado es más fluido y fácil de eliminar», nos dice la experta.

Las gotas nasales de solución salina pueden ayudar a aliviar el taponamiento y la congestión. Pero no es el único remedio para el ‘entaponamiento’: «La forma más fácil es con lavados nasales, ya puede ser con suero fisiológico y una jeringuilla a presión. La forma correcta de realizarlos es dos o tres aplicaciones con poco margen de tiempo entre la aplicación. Lo normal sería aplicarlos una primera vez para iniciar la hidratación del tapón mucoso y tras cinco minutos repetir la aplicación para finalizar a los diez minutos. Estos lavados se pueden suplementar con la administración de algún mucolítico que nos ayude a fluidificar el moco, así como con una buena hidratación», indica María Sebastián.

Otra opción en caso de taponamientos muy molestos sobre todo por la noche, son los sprays nasales con vasoconstrictores, estos reducen la dilatación de los vasos de la mucosa nasal, ensanchando las vías de las fosas nasales y permitiendo una mejor respiración. Sin embargo tienen sus contraindicaciones: «El gran problema de estos compuestos es que pueden convertirse en adictivos debido a su efecto rebote, ya que al terminar el efecto volvemos a la situación inicial y corremos el riesgo de necesitarlos de forma seguida para poder respirar bien», advierte la experta.

Según María Sebastián, la aspirina es «uno de los principios activos que se pueden administrar para hacer más llevaderos los síntomas del resfriado, pero es importante recordar que está totalmente contraindicada en niños». 

Y es que a pesar de que la aspirina está aprobada en niños mayores de tres años, se desaconseja por completo en niños que se están recuperando de síntomas gripales. Esto es debido a estudios que relacionan la aspirina con el síndrome de Reye, una enfermedad potencialmente mortal entre los menores aunque poco común.

Cierto es que para los niños de 5 años o más, los descongestionantes, antihistamínicos y analgésicos que se venden sin que sea necesaria receta, pueden ofrecer algún alivio de los síntomas. Sin embargo, no evitarán un constipado ni reducirán su duración. Además, la mayoría de ellos tienen algunos efectos secundarios.

«En el caso de los niños , lo más recomendable es administrar paracetamol para reducir los síntomas y en caso de taponamiento nasal, se deberían realizar lavados nasales y administrar un mucolítico para fluidificar el moco en caso de ser necesario», aconseja la experta de CEU.

Como asegura María Sebastián, «no existe ninguna fórmula mágica para combatir el resfriado, pero la toma de infusiones por ejemplo con jengibre pueden ayudarnos a sobre llevar algunos de los síntomas y a su vez nos ayudan a mejorar la hidratación». Otro remedio casero que puede ayudarnos son los vahos, «pueden realizarse con un aparato específico para ello o podemos simplemente aprovechar el vaho generado después de la ducha para estar en un ambiente muy húmedo y cálido, que nos ayude a eliminar más moco y alivie nuestro malestar», concluye la experta.

Mantener un sistema inmune fuerte siempre ayuda. Para ello es imprescindible una buena alimentación: «la incorporación en nuestra dieta de frutas y verduras puede ser beneficioso», asegura María Sebastián. Otras maneras de prevenir el contagio sería una correcta higiene de manos , así como evitar el contacto estrecho con personas que estén resfriadas. «Además, debemos evitar los cambios bruscos de temperatura, vistiéndonos con capas para poder ponernos y quitarnos ropa para adaptarnos a los espacios más fríos y más cálidos». ¡Que por nosotros no quede!