Toni Nadal: «Se autoengaña con demasiada frecuencia a los niños y jóvenes»

Explicó que cuando uno se para y deja de esforzarse por mejorar «deja pasar grandes oportunidades en la vida. Las cosas que suceden siempre dependen de uno mismo, de las decisiones que se toman en casa momento. Por eso —insistió— siempre hay que luchar, aunque la meta parezca difícil».

En su ponencia advirtió a los asistentes que no hay que engañarse porque «la vida no es fácil, por mucho que en la actualidad en las redes sociales reine la creencia —falsa— de que todo es felicidad y sencillez. La vida es esfuerzo, lucha y perseverancia. Hay que pensar que si otra persona ha conseguido una meta, nosotros también podemos hacerlo pero, para ello, hay que ponerse manos a la obra. Las excusas no valen, son una pérdida de tiempo, no dejan avanzar».

Criticó que se «autoengaña» con demasidad frecuencia a los niños y jóvenes a los que, «sin mala intención, se les transmiten mensajes muy positivos sobre todo aquello que hacen: "¡qué bien corres!, "¡qué bien te ha salido este dibujo"..., aunque lo hagan fatal, con el objetivo de aumentar su autoestima. ¡Es un error! No se les puede hacer creer que son los mejores en todo, sencillamente porque no lo son. Mi compromiso siempre ha sido decir la verdad: "no lo has conseguido porque no lo has hecho bien". Así lo he hecho, incluso, con mi sobrino Rafael Nadal. La verdad duele, cierto, pero es difícil avanzar y progresar si uno solo recibe mensajes positivos».

Por este motivo, alentó a los presentes a analizarse interiormente y saber de verdad sobre en qué es bueno cada uno y en qué falla, «de lo contrario, no habrá una tolerancia a la frustración. Desconfío de aquellos padres y profesores que dicen que que todo es perfecto. El que verdaderamente me exige para mejorar es el que me hará ganar. Eso sí, matizo, la capacidad de superación conlleva responsabilidad, escucha y obediencia, porque la obediencia en el sentido de saber dejarse guiar es un signo de inteligencia. Solo un tonto no se deja guiar», aseguró.