Sale del hospital el bebé prematuro nacido el día que comenzó el estado de alarma

Hoy, un mes y medio después, Lucas se marcha a casa con sus padres, Alina y Stefano, y su hermanito Darius. Pero esta familia nunca olvidará por todo lo que ha pasado, al tener que vivir esta experiencia durante el confinamiento de todo el país y con el temor del coronavirus siempre acechando. Pensar en ese niño, reflexiona Susana, la enfermera del servicio de Neonatología del HUPA que le ha estado cuidando en todo este tiempo, es pensar en todo lo que estamos viviendo en nuestro país ».

Este niño, prosigue relatando esta profesional, «ha estado recibiendo la compañía únicamente de papá y mamá. Pero, además, jamás juntos. Si ella estaba en el hospital, él esperaba su turno pacientemente en casa. Si era él quien acompañaba al niño, la madre se extraía la leche en su hogar para luego llevársela a su retoño. La información médica ha sido escuchada por uno de los dos en la más absoluta soledad : no ha habido abrazos que consuelen, ni un un hombro sobre el que sostenerse cuando han llegado las malas noticias. Las han digerido en la más absoluta soledad durante el trayecto coche de camino a casa. Algún día les ha parado la Guardia Civil y han tenido incluso que detenerse a dar explicaciones».

Durante este mes y medio, continua relatando Susana, «el padre nunca ha visto a su mujer con el bebé en brazos . La madre jamás ha sido testigo del piel con piel de papá e hijo . Jamás el uno ha visto al otro dándole el biberón al bebé . Hasta hoy, no ha existido foto de familia » . La tensión vivida ha sido tal, rememora esta enfermera, «que la madre no se ha atrevido a darle un beso al niño hasta el sábado pasado, cuando Lucas tenía ya un mes y medio, del miedo que tenía a contagiarle cualquier cosa. Hasta que le he dicho: "quítate la mascarilla y besa al niño, que no pasa nada, mujer, es tu hijo», recuerda entre lágrimas.

A las puertas del hospital, Alina no puede ya contenerse. «Son muchas emociones, no puedo casi ni expresar las ganas que tengo que tenerlo en casa. Como nos hemos tenido que turnar para cuidarlo, y yo iba por la mañana y Stefano por la tarde, cada día que me despedía de él hasta el día siguiente se me hacía más largo». Ahora bien, añade esta madre: «solo tengo palabras de agradecimiento para todo el personal del hospital, nos hemos sentido como en una familia. Creo que Lucas ha sido como un hijo para todas las enfermeras que lo han cuidado, pero Susana es desde ahora también una amiga». «Para mi es una segunda madre de Lucas», corrobora a su lado Stefano.

La realidad es que Lucas, concluye esta profesional, «es un ejemplo de los cientos de bebés prematuros y con otras patologías que están naciendo en estos días de desolación y tristeza infinita. Esos bebés en los que volcamos todo el amor que guardamos dentro, con la esperanza de poder compartirlo pronto también con nuestros seres queridos, a los que tanto echamos de menos».