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Advertencia para padres: «El dormitorio de los hijos solo es para estudiar y dormir»

La psiquiatra Dolores Moreno advierte que muchos niños están todo el fin de semana jugando en red o enganchados al whatsApp. «¡Eso no es normal!»

Dolores Moreno es jefe de la sección de Psiquiatría del Niño y el Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón
Laura Peraita

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Dolores Moreno , jefe de la sección de Psiquiatría del Niño y el Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón , profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNYA) y vocal de la Asociación de Científicos de Salud Mental del Niño y Adolescente de la Fundación Alicia Koplowitz , tiene muy claro que entre los jóvenes hay un preocupante problema de adicción a las nuevas tecnologías. «Los padres intentan educar en este asunto, pero lo hacen sin el conocimiento que tienen los hijos en nuevas tecnologías, lo que motiva que vayamos por detrás en la toma de decisiones de los problemas que aparecen. Hasta la fecha, padres y profesionales no hemos sabido resolver estas adicciones porque anteriormente no existían y hay un gran desconocimiento sobre cuánto tiempo deben usarse, de qué modo...

La mayoría de padres se cuestiona a partir de cuándo poner un dispositivo tecnológico en manos de sus hijos. ¿Cuál sería su recomendación?

No hay una respuesta única. Lo que está claro es que los cerebros en neurodesarrollo de niños pequeños sometidos a la tecnología tienen grandes beneficios pero, si el acceso es excesivo, provoca grandes perjuicios. La Sociedad de Pediatría tiene muy claro que el uso debe ser dosificado, también porque cada vez se usa más la tecnología en los colegios, por ello, extraescolarmente debería estar muy dosificado. No hay una fórmula mágica por la que se pueda decir a qué edad se debe darles un móvil. Sin embargo, es cierto que cada vez hay más niños que se tiran todo el fin de semana jugando en red o enganchados al whatsApp. Eso no es normal.

¿Qué hacer en esos casos?

No dejarlo pasar. Hay que prevenir estos casos desde que los niños son bebés. El uso fuera del colegio debe ser supervisado hasta que son adultos. Los padres desconocen los contenidos que ven sus hijos y las acciones aberrantes que pueden llegar a hacer por imitación de las imágenes a las que acceden.

«Vamos por detrás en el conocimiento y formación para dar solución a las adicciones tecnológicas»

No solo es el tiempo de uso, lo importante es que no altere ni el funcionamiento ni el desarrollo de la persona. Un niño puede usarlo de forma lúdica o adictiva cinco horas y, después, estudiar bien, estar con sus amigos... Sin embargo, otro que dedique el mismo tiempo a la tecnología, no cumple con el resto de sus tareas . La clave es el funcionamiento de la persona; si está alterado respecto a su grupo de edad, entonces sí hay un problema.

¿Cómo actuar en ese caso?

Dependiendo de las comunidades autónomas, todo lo relacionado con drogas está fuera del circuito de la salud mental. Los profesionales de Pediatría y Atención Primaria deberían estar muy formados en adicción a nuevas tecnologías porque asesoran a los padres sobre lo que deben o no comer sus hijos, el calendario de vacunas..., pero a qué dedican el ocio y tiempo libre también es fundamental para su correcto desarrollo . Las estrategias preventivas son primordiales tanto en Atención Primaria, en el medio sanitario en general (Psiquiatría, Psicología...) y en el ámbito educativo.

Respecto a las conductas adictivas en jóvenes hasta ahora se hablaba mucho de alcohol, pero actualmente también de la alimentación, de las conductas inadecuadas... Hemos ido con retraso en el conocimiento y formación para dar solución a los nuevos problemas. Vamos un poco por detrás.

Aún así, las familias, lo primero que deben hacer es identificar que existe un problema, hay muchas que lo desconocen. Después deben aprender a decir «no» a sus hijos, poner límites y educarles al respecto. Para ello hay que dedicarles tiempo de calidad. Si un niño está mucho tiempo solo, o al cuidado de otras personas que no tienen implicada la responsabilidad de educar, también supone una limitación. Se debe educar en valores y principios propios de cada familia, y saber que no se le puede dar todo a los niños. Los niños se introducen en el sistema educativo desde los 3 años y los profesores también deben tener cierta responsabilidad para trasladar valores, principios y coherencias. A mis pacientes yo también les traslado valores y, si me aprecian, sé que les sirven de ayuda.

«Hay diferencias de género en estas adicciones: los cichos prefieren los juegos en red y las chicas el WhatsApp»

Los niños llegan con adicción a los videojuegos, sobre todo en red si son más mayores, y las chicas enganchadas al WhatsApp. Es raro ver a chicas jugando en internet. Hay diferencias importantes de género en las adicciones tecnológicas. Como en toda la patología; los hombres son más inquietos, violentos cuando están alterados..., mientras que las mujeres disponen de mayor capacidad de lenguaje, de comunicar... y más facilidad de estar enganchadas al WhatsApp.

Se ha planteado recientemente la posibilidad de eliminar los «like» para evitar la tensión de muchos jóvenes en las redes sociales. ¿Qué supone esta medida?

Simplificar las cosas. Muchas veces no hace una patología el que quiere, sino el que puede. Todos estamos sometidos a las tecnologías, pero no todos somos adictos. Hay factores personales que hacen que uno sea adicto, como la accesibilidad. España es uno de los países con altas tasas de alcoholismo o consumo de cannabis por la facilidad tan grande que hay para consumirlo. Lo mismo ocurre con las tecnologías al utilizarlas como instrumento de ocio, de trabajo..., por lo que es difícil poner límites. Cuando el cerebro se está modulando son fundamentales determinados estresores que pueden funcionar de una manera diferente que cuando se es adulto. No es lo mismo, por ejemplo, un maltrato o una violación a un niño que a un adulto. Hay factores que tiene que ver con lo personal, pero también con el momento en el que se produce la posible adicción, la cantidad de veces que se repite y también con que los padres te refuercen y ayuden a un buen uso. Cierto es que las familias con conducta adictiva o enfermedades mentales tienen más posibilidades de ser adictas. También aquellas que viven muy aisladas, aunque piensen que tiene mil amigos en las redes . El mundo no es lo que está en el ordenador. Los niños no entienden el mundo virtual como tal.

«El uso del móvil debería ser con cuentagotas hasta los 14 o 16 años»

Lo fundamental: el dormitorio es para estudiar y dormir. Esta es la principal recomendación, pero se cumple muy poco. También que el adulto supervise siempre lo que hace su hijo con las nuevas tecnologías. Y, ante todo, prevención porque la accesibilidad debe ser educativa. No es adecuado que un menor de 8 o 9 años tenga un móvil, el corte lo están poniendo en los 14-16 años. Hay muchas dificultades en las familias para saber cuándo darles el móvil y, a veces se decide retrasar el momento, pero aparecen los abuelos y se lo regalan. Hay que tener muy claro cómo se quiere criar a los hijos, cuándo es necesaria la accesibilidad por temas de formación, pero, en cualquier caso, su uso debe estar muy dosificado cuando es lúdico. Con cuenta gotas hasta los 14-16 años.

Pero se está entregando ya en la Primera Comunión como regalo estrella a niños de 9 años. ¿Qué hacer?

Es verdad. ¿Rompemos con el mundo, entonces? Pues no. Con una adecuada supervisión se puede tener. Lo que no se puede hacer es calmar a un bebé con una tablet o hacer que no nos molesten dándoles el ordenador . Eso no es responsable. A medida que vas viendo que va madurando en la adolescencia, que es responsable y hace sus tareas puede tener este tipo de ocio, pero no se puede permitir que les aparte de sus relaciones sociales no virtuales.

¿Cómo empezar a hacerlo si ya tiene móvil con 14 años y los padres reciben sus recomendaciones como experta?

No tienen más remedio que negociar. Hay que hablar y razonar. Cuanto mayor es un menor, más hay que enseñarle a dialogar y llegar a acuerdos. Y, muy importante, los padres deben ser muy tajantes cuando el menor no acepta lo que se le dice. Si no se lleva a cabo, acabarán enganchándose a las nuevas tecnologías y, en algunos casos entrando en las consultas de Psiquiatría. Muchos padres me dicen «¿cómo le digo yo a mi hijo que va a venir al Psiquiatra?». Mi respuesta es contundente: «¡Pues como le dice que va al neurólogo! Yo sueno peor, pero cuando lo traiga ya veremos lo que hacemos».

Los progenitores deben ser consecuentes con lo que uno va a hacer y no contradictorio porque muchos padres dicen una cosa y mañana otra. Deben unificar su criterio porque es importantísimo. Es una norma general de la crianza.

«Los niños no se traumatizan por decirles "no"»

Pues se les dice «tú estás en esta casa y aquí hay estas reglas». A continuación se le enumeran aspectos positivos del hogar y la familia y se le enseña que cada familia es diferente: unas viajan más, otros menos... Las comparaciones son odiosas, pero las personas somo únicas. Ni siquiera se cría igual a un hijo que a otro. A veces falta mucha sensatez y sentido común. A los niños no les pasa nada por decirles que no, no se traumatizan. Los padres deben tener una educación coherente porque no le pueden decir «deja el móvil», si los padres lo llevan en la mano. Perdemos el sentido común porque a los niños no se les dice no. Somos de una generación en la que la autoridad estaba presente y todos íbamos por el carril; y el que se salía, malo. Hoy la sociedad es más libre en aspectos buenos, pero también en malos. Os sorprendería las veces que me llegan padres a consulta y dicen «hijo ahora la doctora dice que no consumas cannabis, pero en cuanto te pongas mejor, nos fumamos un porro». Tenemos padres muy incoherentes, que no ejercen como tales, sino que van de colegas.

¿Cuál es el objetivo de las Jornadas Científicas «Impacto de las redes sociales y TIC en la salud mental infanto juvenil», organizadas por la Fundación Alicia Koplowitz los próximo 24 y 25 de octubre?

Alcanzar un mayor nivel de formación para que los profesionales podamos hacer una prevención tal, que la intervención y rehabilitación sea lo menos importante. El conocimiento es un paso. Hace falta que veamos cuanto antes el problema para enfrentarnos pronto a él y no llegue a ser grave. Es invertir en ahorro. Cada euro que se invierte, revierte en el sistema en 10. Invertir en infancia es muy importante porque es apostar por el presente que es el futuro.

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