testimonio

«Ambos métodos son necesarios en la educación de un niño»

Estos padres quieren enseñar a sus hijos que también tienen obligaciones

Álvaro garcía domínguez

Viven enGriñón, Madrid, junto a sus hijos, Javier, de cinco años, y Lucía, que tiene tres. El mayor es tranquilo, dócil y obediente; apenas necesita que le dirijan. La pequeña es todo lo contrario: mucho más rebelde, le cuesta más obedecer, aunque al final acaba ... acatando las normas. A Lucía no le gustan los castigos, pero los tienen que emplear más con ella.

«Creemos que ambos métodos son necesarios para la educación, aunque estamos más inclinados apremiar. Preferimos resaltar lo positivo de sus acciones con premios antes que castigar y marcar lo negativo», afirman. Para ello, tienen un método. En ocasiones, al final del día, les dicen a los niños algo que han hecho que les ha gustado mucho, y piden a los niños que hagan lo mismo. «Siguiendo esta fórmula pretendemos que se establezca más comunicación», explican.

Eso sí, no dudan en aplicar los castigos cuando son necesarios, aunque a veces «casi nos duele más a nosotros», reconocen. A Javier, por ejemplo, le encanta jugar con el móvil de su madre, y le escarmientan quitándoselo, mientras que a Lucía le molesta más que la dejen sin salir a la calle. No son partidarios de dar azotes, aunque reconocen que a veces se les ha escapado alguno. Respecto a los premios, estos suelen consistir en dar paseos,o hacer tartas. «Nos encanta cocinar juntos», apunta Claudia.

Lo que sí quieren transmitir a su prole a toda costa, porque les parece básico para aprender a esta en sociedad, es que las personas también «tenemos obligaciones que hay que cumplir».

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