Vuelve el pañuelo de seda y Olivia Palermo enseña cómo llevarlo para lucir elegante pero actual

Definir las claves de su estilo no es fácil, pues un día puede lucir leggings y zapatillas, y al otro un vestido vintage con plumas y lentejuelas solo apto para las más atrevidas. En su caso siempre sigue la norma no escrita de no prescindir nunca de los accesorios, incluso en sus looks más informales. Así es Olivia Palermo, quien con el paso de los años ha aprendido a agudizar el ingenio cuando la situación lo requiere para dar con el estilismo perfecto en pocos minutos.

Aunque en la actualidad las mascarillas con una gran variedad de estampados y tejidos se han convertido en su fetiche, lo que tampoco pasa desapercibido es el uso que le da al clásico pañuelo de seda. Este complemento había sido desbancado por los fulares, cuellos y pashminas, pero ahora reivindica de nuevo su lugar en el vestidor femenino como ya lo hiciera allá por la década de los 40. A la pregunta de c ómo llevarlo sin parecer anticuada , la ‘socialité’ tiene la respuesta, solo hay que echar un vistazo a sus looks para comprobarlo.

El ‘mood’ que triunfaba en los años 60 es uno de sus favoritos con estilismos voluminosos, en donde recurre a pañuelos pequeños, que bien anuda con un lazo corto, o como si se tratase de una corbata con dos tiras finas que caen con suavidad. La clave de esta forma reside en la elección de colores llamativos que contrasten radicalmente con el look. En ambos casos el peinado resulta también importante, y es que cuanto más se retire el pelo de la cara par que quede a la vista el nudo, más fuerza tendrá sobre el conjunto.

En este caso los pasteles con estampados más ligeros suelen ser una de sus opciones más recurrentes. El motivo no es otro que al tratarse de una pieza algo más extensa y con un acabado en uve que ya le añade bastante potencia, habría que equilibrarlo con una gama de color más neutra para que el estilismo no quede recargado. Otro de los puntos a tener en cuenta es el modo en el que busca un acabado más desenfadado con la mascarilla, que aunque tiene un print completamente diferente, posee tonos similares.

Muy acertado para estilismos con prendas básicas monocolor en los que se busca dar un toque de vanguardia al estilismo sin demasiadas complicaciones. En este caso hay que asegurarse de que el pañuelo posee las dimensiones suficientes para anudarse y que quede holgado y con suficiente tejido en el nudo o si no parecerá que se es más ancha de hombros. Una opción muy acorde para sacar a relucir los broches -un accesorio que esta temporada vuelve con mucha fuerza.

Una de las formas más sofisticadas y que menos complicaciones ofrece. Perfecta para combinar con abrigos de corte clásico, trajes masculinos, blazers o cualquier tipo de chaqueta que posea solapas que le den un punto de apoyo. En este caso los pañuelos más acertados son aquellos que incluyen algún tipo de adorno externo como flecos, volantes o bordados con pedrería, que le conferirán un acabado todavía más exquisito.

Además de lucirlo como cinta del pelo, Palermo apuesta por emplearlo en moños y coletas dejando que una gran cantidad de tejido caiga. Otra forma de sacarle partido sería añadirlo a una trenza como si fuese uno de los mechones principales para que se viese como una parte más del pelo. Perfecto para cuando el cabello no está en su mejor día y hay que recogerlo.

Su favorito últimamente y muy original para darle un giro al outfit. En lugar de las mascarillas de tela estampadas que tan de moda ahora, ella prefiere utilizar la FFP2 u otro modelo homologado y cubrirla por encima con el pañuelo para una mayor seguridad. Como se puede observar en la imagen, los prints geométricos son sus preferidos, tanto que posee el mismo diseño en varios colores.