Por estas razones el chic francés nunca resulta ‘demodé’

La gracia innata de nuestras vecinas a la hora de jugar con la simplicidad ha conquistado a medio mundo. Basta con observar a iconos de la moda como las angelicales Laetitia Casta y Audrey Tatou y su aura masculina o el 'je ne sais quoi' de mujeres como Caroline de Maigret y Jeanne Damas.

Todas ellas han hecho del ‘menos es más’ su premisa clave ya no solo en su vestidor, sino también en el ámbito de la belleza. En definitiva, s u estilo se ve como algo atemporal que siempre está de actualidad por mucho que la industria dictamine que impera una u otra tendencia.

Los motivos los encontramos en ciertas bases sobre las que se asientan sus elecciones y que en mayor o menor medida todas ellas emplean como método infalible de elegancia .

1. Sacar partido de las imperfecciones: la cultura de las francesas no está tan obsesionada con la cirugía y los retoques como sucede en otros países. Es más, ellas son especialistas en hacer de los pequeños defectos su mayor atractivo llevándolos con gracia y naturalidad. Desde una nariz prominente a labios demasiado finos o un diastema. La clave reside en integrarlos en el look -o incluso resaltarlos- como si de un accesorio más se tratase, y aquí el amor propio juega un papel crucial.

2. Centrarse en resaltar una sola parte del cuerpo con la vestimenta: eso de 'cuanto más, mejor' no va con ellas. Si para una ocasión especial se luce un vestido llamativo, mejor acompañarlo de un maquillaje suave, y viceversa. Las francesas más estilosas no se recargan jamás.

3. Impregnar los looks de cierto aire masculino: otro truco que nunca falla a la hora de explotar la feminidad al máximo. Jeans rectos, trajes de chaqueta, camisas oversize… Acompañados de algún accesorio más chic que añada una nota de contraste. Un imprescindible para que resulten más favorecedores sería el corte de pelo 'bob', acompañado de una manicura o labial rojo.

4. Desajustar los esquemas: según la modelo Inés de la Fressange, se trata de combinar los estampados más inverosímiles en el estilismo, jugas con los volúmenes, superposiciones y tejidos para lograr un resultado de diez.

5. Pensar cuidadosamente en los accesorios: desde el bolso a los zapatos. Pero en lugar de que se vea demasiado planificado, la clave reside en que parezca que se ha tratado de algo ‘casual’, incluso desaliñado, dejando entrever su maestría para agrupar diversas tendencias en un mismo estilismo.

Por otro lado, además de la boina hay una serie de básicos que nunca faltan en el vestidor de una 'fashionista' francesas, prendas válidas para cualquier época del año.

- Pañuelo al cuello : anudado a un lado y con jerséis de punto o camisas. ¿Su truco de estilo? Combinarlo con colgantes finos que le aportan todavía un toque más romántico.

- Vestidos con vuelo : con la cintura ajustada (emulando en ‘New Look’ de Christian Dior, vuelo en el bajo, de tejidos vaporosos y colores vivos.

- Camiseta de rayas : su básico atemporal por excelencia se lleva con sombreros y pantalones altos. En cuanto al corte, los lucen con cuello recondo, manga larga y ligeramente oversize.

- Mocasines : el calzado plano y las francesas van de la mano. Los mocasines se convierten en la alternativa a las bailarinas y las sneakers para añadir un toque de buen gusto a los estilismos más informales.

- Faldas midi vaporosas : una prenda que no falta en su armario y que llevan con todo tipo de prints, especialmente los de flores, lunares y rayas.

- Camisa blanca : de corte oversize, amplias solapas y tejidos fluidos que dejen entrever algo de lencería (como por ejemplo un sutil ‘bralette’).

- Esmoquin : uno de sus imprescindibles, especialmente si es de corte clásico con las hombreras y solapas marcadas para estilizar la figura.

Pero eso no es todo, a la hora de irradiar elegancia como una auténtica francesa hay otros principios básicos que no fallan, según explica la modelo Caroline de Maigret en su libro ‘How to be parisian’.

Desde dejar secar el pelo al aire para que conserve su forma natural y utilizar el cepillo del pelo lo menos posible, hasta recurrir a la cantidad mínima de maquillaje apostando solo por labiales potentes y algo de ‘eyeliner’ y no salir de casa sin unas gotas de perfume para hacer de cualquier look una elección cargada de sofisticación.

Como conclusión, si las francesas son consideradas un referente en estilo y elegancia se debe en parte a saber interpretar y hacer suyas todas las corrientes sin que ningún look parezca forzado, además de demostrar una gran seguridad con todo lo que se ponen. Y este último punto resulta siempre fundamental.