Christian Dior aguanta el tirón

La vara de medición del desfile celebrado hoy en París tenía doble filo: por una parte, ver si la mítica casa francesa resiste sin un «diseñador estrella» que la gobierne, y por otra parte, ver si la firma sigue siendo lo fabulosa que Galliano consiguió o si las riñas de poder afectan a los diseños.

La nota general sobre el desfile es positiva. Dior aprueba el examen gracias a sus señas de identidad, repensadas por Bill Gaytten , el antiguo asistente de Galliano que ha asumido el cargo hasta la llegada del sucesor. Así, ha desfilado una mujer hiperfemenina, elegante, chic y parisina , dulce de día (con vestiditos ligeros y capas cortas) y vestida de rojo flameante o con voluminosos plisados por la noche.

Lo cierto es que la elección de un director creativo para la firma está dando muchos quebraderos de cabeza al grupo de lujo al que pertenece, LVMH. Mientras Dior pide «un poco de paciencia» , la prensa pregunta con insistencia a Sidney Toledano , preidente de Dior, sobre el futuro de la firma.

La expectación es tan alta que la estrella hoy en el desfile era precisamente Toledano, generando más interés que las celebridades invitadas. «La sucesión se está llevando a cabo a un ritmo normal», dice Toledano, «vivimos en una sociedad que quiere cosas inmediatas» . Pero no se resiste a picar más la cursiosidad de los presentes: «El calendario es el bueno. Lo comprenderán cuando se anuncie» .

Según el rumor más plausible, el sucesor de monsieur Galliano debería ser el estadounidense Marc Jacobs , al frente de su propia firma y de Louis Vuitton, ambas marcas de LVMH. El rompecabezas no está claro, ya que si Jacobs abandona las firmas, ¿quién le sustituirá a él?