Miguel Marinero y la simbiosis entre moda y pintura

El resultado de dicho «viaje» es una colección en la que se han visto volúmenes que de alguna manera han recordado a las siluetas de Balenciaga.

En los diseños, lanas, merinos, cashmere, sedas estampadas, jacquards, cuero y pieles envolventes, que comparten prendas estilizadas en colores neutros y naturales salpicados en ocasiones de estridentes berenjenas y amarillos.

Las musas que han inspirado a Marinero, Misia Sert y su lánguido misterio, la carga pictórica de Georgia O’Keffe, la poeta Anne Sexton y su verso desnudo, Nathalie Saint Phalle y su arte sin miedo. Ellas son, en palabras del diseñador, «mujeres que encararon la libertad en estado puro».

Dado que el mundo de la peletería puede caer en el error de generar excesivamente cargado , Marinero ha dejado claro que es precisamente de lo que quiere escapar. Ha buscado pliegues que ensalcen la feminidad y ha puesto la neovanguardia al servicio de una mujer inteligente, libre, única.

Destacar los zapatos, que han jugado con la siempre elegante manoletina, pero con tacón glitter . Los ha diseñado Mónica García.