Stéphanie de Lannoy, la dama de Flandes
La prometida del Heredero de Luxemburgo reúne todas las condiciones, por su exquisita educación, para convertirse en el futuro en Gran Duquesa
Muy poco se sabía de Stéphanie de Lannoy, la novia de Guillermo de Luxemburgo , hasta que el pasado 26 de abril se hizo oficial el compromiso nupcial. La discreción marca de la casa (la de la propia Casa Gran Ducal y ... también la de la familia de la prometida) ha protegido una relación tranquila que se consolidó hace tres años, aunque el Príncipe Heredero y su futura esposa, nacida hace veintiocho años en Bélgica, se habían conocido antes, hace casi una década, durante una estancia en Alemania en la que los presentaron unos amigos comunes. Ahora, el futuro inmediato que la espera, aunque marcado por su nueva posición institucional, no será muy diferente de su vida anterior, pues Stéphanie, la más joven de los ocho hijos del conde Philippe de Lannoy (1929) de y Alix della Faille de Leverghem, se ha criado en un castillo de cuento de Hadas, el Château d'Anvaing , y ha recibido una esmeradísima educación. Licenciada en Filología Germánica por la Universidad de Lovaina, habla francés, alemán, inglés y ruso .
Renuncia a su nacionalidad
Con motivo de su boda, la joven deberá renunciar a la nacionalidad belga y adoptar la luxemburguesa, circunstancia que ha asumido con naturalidad: «Es un orgullo tener la nacionalidad de mi esposo. Bélgica siempre será el país de mi infancia, donde se encuentran mis raíces, pero no creo que sea compatible mantener la ciudadanía belga con la misión que me espera a partir de ahora», ha declarado en una entrevista en la que también se ha explayado sobre las virtudes de su futuro esposo, a quien no ha dudado en calificar como «príncipe azul» . En cuanto a su futuro como casada, Stéphanie lo dibuja con trazos sencillos: dice que se quiere ocupar directamente de las responsabilidades del hogar y que, por tanto, desea cocinar e ir al mercado.
Mujer muy familiar, la inesperada muerte de su madre el pasado mes de agosto ha oscurecido el último tramo de este noviazgo y marcado la celebración de la propia boda, en la que Stéphanie lucirá, como tributo de homenaje y recuerdo, el anillo de esponsales de la fallecida . Sobre los hijos que desea tener, la joven condesa no se ha pronunciado con claridad, pero sí ha dejado caer que el hecho de proceder de una numerosísima familia influye en sus intenciones. Veremos.
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