La solitaria espera de Alicia González tras la entrada de Rodrigo Rato en prisión

El pasado jueves, a las 13 horas, la periodista Alicia González se ponía al volante con Rato como copiloto para emprender su viaje más amargo. No quiso dejarse ver, ni que la retratasen. A la llegada a la explanada de Soto del Real, el exministro se apeó del coche cargando él mismo su equipaje. Con semblante tranquilo y el sol de la sierra madrileña despuntando en el horizonte se dirigió a los periodistas haciendo gala de su fina ironía: «No tengo prisa, la verdad» . Pidió perdón a la sociedad y dio las gracias a su familia.

Rato compartirá celda con un preso de confianza , otro condenado por las «black», Gonzalo Martín Pascual . Se encontrará también con caras conocidas por los pasillos; los penados por la trama Gürtel Guillermo Ortega , exalcalde de Majadahonda; Alberto López Viejo , exconsejero de la Comunidad de Madrid; o el extesorero del PP, Luis Bárcenas . Alicia combatirá su soledad con largas horas de trabajo y la confianza de sus amigos. «Está afectada, pero tranquila, tratando de seguir con su día a día dentro de lo que cabe», señala una persona cercana a ABC.

Corresponsal de Economía Internacional de «El País», los que han trabajado con ella señalan que es «una profesional muy competente y una gran periodista» . Comenzó su carrera en «La Gaceta de los negocios», colaboró en la «Brújula» de Ondacero y a finales de los 90 conoció al que sería su marido mientras trabajaba en el gabinete de comunicación del Ministerio de Economía, con Rodrigo Rato al frente. Por aquel entonces, él seguía casado con Ángeles Alarcó , expresidenta de Paradores y madre de sus tres hijos Ángeles (28 años), Ana (23 años) y Rodrigo (20 años). La nueva pareja se esmeró mucho en llevar su relación con la máxima discreción. En el año 2000, González abandonó su puesto en el departamento de comunicación y el propio Rato le echó un cable para encontrar un nuevo trabajo. Cuando fue nombrado presidente del Fondo Monetario Internacional , en 2004, ella pasó largas temporadas en Washington, pero nunca llegó a mudarse. El 9 de septiembre de 2015 se casaban en secreto en la finca que posee la familia del expresidente de Caja Madrid en Carabaña, al sureste de la Comunidad de Madrid.

Además de su pasión por la economía, ambos comparten aficiones y gustos como la cocina, los perros o su pasión por Mallorca donde fueron fotografiados varios veranos a bordo de un yate. Ahora encaran una larga espera para volver a navegar juntos.