El Príncipe Guillermo se presenta a comer por sorpresa en un colegio católico

«Estuvo genial –comentan los profesores-, hizo cola para servirse la comida con los niños y luego se sentó con un grupo de once años y estuvo charlando con ellos». Guillermo, de 33 años, comió pollo asado, coliflor, queso y vegetales y renunció al postre. El importe de la comida, aunque pequeño y simbólico, lo donó a la onegé del centro, que se fundó en 1987 y lleva el nombre del cardenal John Henry Newman, antiguo prelado anglicano que se reconvirtió al catolicismo, lo impulsó enormemente en Inglaterra y fue canonizado durante el papado de Benedicto XVI .

El Duque de Cambridge bajó del helicóptero ataviado con un impermeable amarillo reflectante y llevaba sus gafas contra la miopía. El príncipe trabaja como piloto de ambulancia aérea de la East Anglian Ambulance. Se trata de una entidad benéfica que atiende urgencias clínicas mediante helicópteros Airbus H 145 medicalizados. Cobra unas 40.000 libras al año (56.200 euros), que destina a causas filantrópicas.

En el helicóptero Guillermo trabaja sobre el papel nueve horas al día, con turnos de cuatro jornadas de labor y otras tantas de descanso. Pero se cree que en realidad solo lleva a cabo dos tercios del trabajo de sus compañeros, debido a sus labores de representación. «Obviamente en algún momento va a haber mucha presión y responsabilidad del otro lado de mi vida. Pero por ahora estoy haciendo malabarismos con ambas funciones y una familia joven y estoy disfrutando con el desafío», explicó cuando debutó en el trabajo el pasado verano.

Antes, durante siete años y medio, había sido piloto de rescate en los helicópteros en la Royal Air Force. En septiembre de 2013 dejó las fuerzas armadas. El hijo de Carlos y Diana de Gales estudió en el colegio privado de élite de Eton y luego en la prestigiosa Universidad de St. Andrews, en Escocia, donde inició Historia del Arte y acabó graduándose en Geografía. Allí conoció a Kate Middleton . Se dice que la madre de ella eligió St. Andrew soñando con repetir el cuento del Príncipe y la plebeya. Si es así, le salió bien.