La pesquisa sobre la muerte del rey del pop se centra en homicidio o sobredosis

El padre del artista, Joe Jackson, también reiteró ayer que existe algo bastante sospechoso en la fulminante parada cardio-respiratorio sufrida por su hijo a los cincuenta años. Según ha indicado en una entrevista concedida a la cadena ABC, «creo que hay indicios delictivos, lo creo, sí». Con el deseo de aclarar lo ocurrido, el patriarca de los Jackson ha confirmado la realización de una segunda autopsia privada que todavía no habría ofrecido respuestas claras.

Rastro farmacéutico

Como parte de las investigaciones en curso, los detectives de la Policía de Los Ángeles -reforzados por agentes federales anti-droga y con el respaldo del fiscal general de California- han remitido citaciones a diferentes doctores que trataron al rey del pop en la última etapa de su vida. Su objetivo es reconstruir todo su historial médico y determinar su acceso a poderosos medicamentos con receta.

Durante el registro realizado en la mansión donde Jackson fue recogido por una ambulancia el pasado 25 de junio, se supone que las autoridades se han incautado de toda una pequeña farmacia. Entre los detalles más inquietantes de ese alijo ha trascendido la existencia de múltiples medicamentos expedidos con recetas a nombre de terceras personas y dosis del potente anestésico Diprivan.

Ayer también salieron a la luz detalles farmacéuticos dentro de la investigación policial realizada contra Michael Jackson en el 2004 por un supuesto delito de pederastia. Por aquella época, según el testimonio de miembros de su comitiva, el artista estaba consumiendo hasta diez pastillas contra la ansiedad en una sola noche para conciliar el sueño. Fuentes cercanas de la familia Jackson citadas por la CNN han reiterado que asumen la posibilidad de que la investigación sobre la muerte del artista pueda convertirse en un caso criminal.